Esto es lo que puedes hacer si te molestan las macetas que tu vecino tiene en el balcón: la ley lo confirma
Qué norma existe para poder hacer frente la molestia de las macetas del vecino
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La convivencia en una comunidad de vecinos suele ser tranquila, aunque a veces se producen conflictos y uno de ellos, tiene que ver con el hecho de que tu vecino coloque cosas en el balcón que acaben invadiendo el tuyo. Entre los más comunes, las plantas que pueden ser una verdadera molestia si son muchas o muy grandes. ¿Pero hay algo que podamos hacer frente a las macetas del vecino? No se las podemos quitar sin más y tampoco es cuestión de ponerse a discutir.
La Ley de Propiedad Horizontal nos cubre ante problemáticas como que las macetas del vecino nos molesten, o estén colocadas por ejemplo, de forma que pueden caer en nuestro balcón. En concreto en dicha ley, hay una norma que regula qué se puede hacer en un edificio y qué no, y establece los pasos a seguir cuando un vecino está causando un problema. A partir de ahí además entran en juego los estatutos de la comunidad, el diálogo y, en último caso, las acciones legales. Vamos por partes, porque conviene tenerlo claro antes de tomar decisiones.
Esto es lo que puedes hacer si te molestan las macetas que tu vecino
Si te molestan las macetas de tu vecino, lo primero es acudir al texto legal. El artículo 7.2 de la Ley de Propiedad Horizontal señala que: «Al propietario y al ocupante del piso o local no les está permitido desarrollar en él o en el resto del inmueble actividades prohibidas en los estatutos, que resulten dañosas para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas.»
Aunque este artículo no menciona las macetas de forma expresa, sí abarca cualquier conducta que pueda ser molesta, insalubre, peligrosa o dañina. Y aquí es donde entran en juego algunas decoraciones que, en principio, parecen inofensivas.
Las macetas en concreto tienen su peligro ya que si son grandes o se apoyan en la barandilla, se pueden caer. O también, molestar cuando se riegan las plantas o ser una molestia si invaden el espacio del balcón de al lado. Incluso se pueden caer a la vía pública de
Por eso la ley no prohíbe tener plantas, pero sí actúa cuando esas plantas generan un riesgo o una molestia evidente.
Revisa los estatutos de la comunidad
Antes de iniciar cualquier reclamación, conviene mirar los estatutos de la comunidad de propietarios. Hay edificios que incluyen normas específicas, como prohibir colgar objetos por fuera de la fachada, limitar el peso de los elementos apoyados en barandillas o impedir cualquier instalación que implique un riesgo para terceros.
Si los estatutos lo prohíben, ya tienes el primer argumento para pedir que se retiren las macetas o se coloquen en un lugar seguro. Y si no dicen nada, puedes apoyarte en la LPH y en la normativa municipal de seguridad.
Habla con el vecino
Suele parecer una obviedad, pero funciona más que cualquier reunión o carta formal. Acercarte a tu vecino y explicarle qué ocurre (que te cae agua todos los días, que tienes alergia, que algunas macetas están al borde de la barandilla) puede evitar un conflicto mayor. A veces basta con comentar que hay riesgo de caída o que el riego automático está generando humedad.
Es un gesto que evita tensiones y que, en la mayoría de casos, permite encontrar una solución rápida: mover las macetas, cambiar la forma de regar o reforzar la seguridad.
Cuando no funciona el diálogo: avisar al presidente o al administrador
Y si ya has intentado hablar y la situación no cambia, el siguiente paso es comunicarlo al presidente de la comunidad o al administrador de fincas. Cualquier propietario puede hacerlo, y no hace falta redactar un escrito . Basta con explicar el problema y pedir que se trate en la comunidad si es necesario.
Ellos valorarán la situación, comprobarán si existe riesgo o si otros vecinos están afectados, y podrán actuar como mediadores.
El requerimiento formal: la advertencia por escrito
El presidente puede enviar un requerimiento por escrito al vecino responsable. Es una carta en la que se le informa del problema y se le pide que retire las macetas o cese en la conducta que está generando molestias o peligro.
Ese escrito también suele incluir un aviso: si el vecino no actúa, la comunidad puede iniciar acciones legales. Es un paso intermedio y suele surtir efecto, porque deja constancia y demuestra que se ha intentado resolver de forma amistosa.
Acciones judiciales: el último recurso
Si tras el requerimiento el vecino sigue sin actuar, la comunidad (si así lo aprueba la junta) puede acudir a los tribunales basándose en el artículo 7.2 de la LPH. Aquí es un juez quien valorará si las macetas suponen un riesgo, una molestia o un incumplimiento de la normativa.
El juez puede obligar al propietario a retirar las macetas y, si se han producido daños o perjuicios, incluso establecer una indemnización económica.