Los arqueólogos no dan crédito: los objetos que muestran la vida cotidiana más íntima de los romanos

Un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP) ha dado a conocer una serie hallazgos excepcionales que arrojan luz sobre la vida cotidiana de los romanos. Entre los restos descubiertos en la antigua ciudad de Isarnodurum, hoy la localidad francesa de Izernore, se encuentran objetos artesanales, documentos manuscritos y calzado infantil que permiten reconstruir los hábitos domésticos y productivos de la Antigua Roma.
Las excavaciones, realizadas en 2020, se centraron en un conjunto de pozos que durante siglos habían permanecido cubiertos de agua y resguardados de la luz y del oxígeno. Estas condiciones crearon un entorno propicio para la conservación de materiales orgánicos, algo muy inusual en arqueología. Gracias a ello, los investigadores han podido recuperar restos de madera, semillas, polen y fragmentos textiles que permanecían prácticamente intactos.
El descubrimiento más reciente sobre la vida cotidiana de los romanos
Durante siglos, los pozos excavados por los romanos en Isarnodurum se dejaron de usar para extraer agua y poco a poco se fueron transformando en vertederos de deshechos domésticos y talleres artesanales. Sin embargo, apra los arqueólogos, este tipo de estructuras es un verdadero tesoro. «Los pozos son cápsulas del tiempo». afirma Flore Giraud, responsable de campo en el INRAP. «En ellos se encuentran restos que normalmente no sobreviven, como madera, textiles o semillas, que nos permiten entender la vida cotidiana de manera directa».
Entre los restos recuperados, destacan astillas y virutas de madera de boj, un material conocido por su dureza y grano fino, y ampliamente utilizado por los artesanos romanos. Entre los hallazgos más significativos se encuentran peines de doble diente, píxides (pequeñas cajas utilizadas para joyas o cosméticos) y fusayolas, que servían como pesas para los husos de hilar.
Tablillas de escritura y calzado infantil
Uno de los hallazgos más sorprendentes es una colección de al menos 15 tablillas de madera que, a pesar de estar fragmentadas, conservan trazos de escritura con tinta que los especialistas están descifrando, un descubrimiento de «rareza extraordinaria» según los responsables del INRAP. Estas tablillas se utilizaban para fines tanto administrativos como educativos, y una de ellas ha llamado la atención por conservar varias líneas manuscritas completas.
Otro de los objetos recuperados son dos suelas completas de madera de arce que habrían formado parte de un calzado romano conocido como sculponae. Estas sandalias de madera se sujetaban al pie mediante correas de cuero. El análisis detallado de las piezas indica que la primera suela pertenecía al pie izquierdo de un niño de entre seis y siete años.
La suela presenta pequeños clavos en el borde que servían para fijar las tiras de cuero que mantenían el calzado sujeto al pie. La segunda suela, similar en forma pero diferente con un sistema de fijación diferente, tiene una perforación entre los dedos para insertar una tira de cuero o cordón, como las chanclas modernas.
Conservación y análisis científico
Tras su recuperación, todos los restos arqueológicos fueron trasladados al laboratorio ARC-Nucléart en Grenoble, donde se sometieron a tratamientos especializados para garantizar su preservación. De esta manera, los investigadores han podido estudiar la estructura de los objetos, la composición de los materiales y los métodos de fabricación utilizados por los romanos. El análisis del polen y las semillas recuperadas también ofrece pistas sobre la alimentación y la agricultura de los romanos, así como sobre la gestión del espacio urbano y la planificación de talleres artesanales en Isarnodurum.
‘Pozo del conocimiento, 240 años de excavaciones en Izernore’
Estos descubrimientos forman parte de la exposición «Pozo del conocimiento, 240 años de excavaciones en Izernore», abierta al público desde el 21 de septiembre de 2025 hasta el 31 de diciembre de 2026. La exposición no sólo presenta los objetos recuperados, sino que contextualiza la vida cotidiana de los romanos, haciendo especial hincapié en los sistemas de producción artesanal y la educación a través de documentos escritos.
Además, la exposición tiene un gran valor educativo, ya que permite a estudiantes, historiadores y público general acercarse a la arqueología preventiva y comprender la importancia de preservar el patrimonio antes de que las construcciones modernas destruyan vestigios históricos.
Para los investigadores del INRAP, este tipo de excavaciones refuerza la importancia de la arqueología preventiva y de los análisis multidisciplinarios que combinan historia, química, botánica y epigrafía. Cada pozo excavado es una cápsula del tiempo que aporta información inédita y contribuye a completar el puzzle del Imperio romano, ofreciendo una visión más cercana y humana de sus habitantes.
En definitiva, los restos recuperados en Isarnodurum constituyen un hallazgo extraordinario que amplía nuestro conocimiento sobre la vida cotidiana de los romanos, mostrando cómo la arqueología puede transformar objetos olvidados en testimonios vivos del pasado. Gracias a ellos, hoy podemos asomarnos al día a día de una comunidad que vivió hace más de dos mil años, conocer sus talleres, sus hogares, su calzado y su manera de comunicarse, y apreciar la riqueza cultural de un imperio que sigue fascinando siglos después.