Bacterias, las protectoras del cuerpo humano: afectan al sistema inmune, salud mental y aparato digestivo

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Las bacterias copan el cuerpo humano.
  • Diego Buenosvinos / Carlos Aguilera

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El cuerpo humano es una estructura compleja y altamente organizada, formada por células que trabajan juntas para realizar funciones específicas necesarias para mantener la vida. Pero parte de él, está compuesto por millones de bacterias que copan cada centímetro de nuestra anatomía. Un conjunto compuesto por estructura física y de órganos que forman al ser humano. El término se origina del latín corpus, que significa “cuerpo” y humanushumanum que se refiere a “humano”. Pero ¿qué sabemos de las bacterias?, esos microorganismos que suman más de 48 billones y que son tan importantes para equilibrar nuestra propia protección.

Este ecosistema que habita en nosotros muestra cifras que hemos conseguido traducir como amigas y que nos indica que, por ejemplo, en las manos tenemos más de 4 millones o que en los pies se calculan 10 millones. También que la breveibacteria provoca que nos deshagamos de ácido sulfúrico, entre otras células muertas en nuestra piel. De acuerdo con otros estudios, además de tener una dentadura libre de suciedad, habitan en ella 1.000 millones de bacterias y que serían la causa, entre otras, de la halitosis. Una de las principales bacterias, lo que hace es que fermenta las proteínas y los peptidos de la saliva y de los alimentos que quedan en la misma.

Los puntos de su principal acción están en la garganta, ojos, boca, nariz, intestino grueso, uretra o piel. En los últimos años, se ha visto la necesidad de tener una microbiota sana en el intestino, al evidenciarse que parte de nuestro sistema inmunitario se aloja en esta parte del cuerpo en la que creíamos que simplemente servía para captar los nutrientes de los alimentos y luego eliminarlos.

Microbiota, esencial en el cuerpo humano

Un nuevo estudio de la Universidad de Illinois sobre el papel de la dieta en el apoyo a una microbiota gastrointestinal saludable ha concluido que seguir las Pautas dietéticas para estadounidenses (DGA), es decir, una dieta de mayor calidad, promueve una mejor microbiota intestinal que puede respaldar la salud en general.

«Actualmente, no existe una definición de un microbioma saludable. Comprender cómo la dieta puede influir en la estructura de la microbiota intestinal es importante para que podamos hacer recomendaciones sobre enfoques dietéticos», afirma el autor principal del artículo, publicado en The Journal of Nutrition, Alexis Baldeon.

La microbiota consiste en trillones de microorganismos que viven en el tracto gastrointestinal. Contribuyen a muchos procesos fisiológicos, y una microbiota intestinal diversa puede promover la resiliencia a las alteraciones que podrían contribuir a la enfermedad.

«La microbiota intestinal es realmente buena para descomponer la fibra, lo cual es importante porque los humanos no pueden digerir la fibra. Los participantes del estudio con una dieta de mayor calidad tenían una mayor abundancia de bacterias involucradas en el metabolismo de la fibra», señala Baldeon.

En ocasiones pueden ser dañinas para los más pequeños 

Sin embargo, investigadores del Quadram Institute y de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) han revelado que algunas cepas de bacterias intestinales podrían poner en peligro la vida de los bebés prematuros.

Estos hallazgos podrían ayudar a identificar y rastrear las cepas peligrosas y a proteger a los neonatos vulnerables. La enterocolitis necrotizante (ECN) es una de las principales amenazas para los recién nacidos con un peso extremadamente bajo. Esta infección microbiana, poco frecuente en los recién nacidos a término, aprovecha las vulnerabilidades que destruyen el tejido intestinal y provoca complicaciones graves. Dos de cada cinco casos son mortales.

Por otra parte, para tener una correcta microbiota, la mayoría de los alimentos que se tienen que ingerir deben ser de origen vegetal y no procesados, puesto que «se ha demostrado que tienen una relación directa con la diversidad de la microbiota intestinal», según ha informado el experto de Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), Francisco Guarner.

Tal es la importancia de la microbiota en el organismo, que su cuidado y correcto mantenimiento está estrechamente relacionado con la aparición de diversas enfermedades, tanto digestivas como no.

Entre las enfermedades digestivas relacionadas con la microbiota se encuentra el intestino irritable, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, así como la enfermedad hepática avanzada.

Por su parte, respecto a las enfermedades no digestivas relacionadas con la microbiota se encuentran las enfermedades cardiometabólicas (como la hipertensión, el exceso de grasa en el hígado, la obesidad abdominal central, etc.) y las autoinmunes (alergias, esclerosis múltiple, etc.).

Una nueva revisión Cochrane dirigida por un profesor de la Upstate Medical University (Estados Unidos) ha descubierto que, en comparación con el tratamiento antibiótico estándar, el trasplante de heces puede aumentar el número de personas que se recuperan de una infección por ‘Clostridioides difficile’ (C. diff), una enfermedad que causa diarrea potencialmente mortal.

El 77% de las personas que recibieron un trasplante de heces no volvieron a infectarse en ocho semanas, frente al 40% de las que sólo recibieron antibióticos, según publican los investigadores en la revista ‘Cochrane Database of Systematic Reviews’.

La ‘C. difficile’ es una bacteria que puede causar enfermedades diarreicas potencialmente mortales en personas con una mezcla poco saludable de bacterias intestinales, lo que se conoce como disbiosis.

La causa más común de disbiosis es el tratamiento con antibióticos, y aunque los antibióticos pueden ser muy eficaces contra las infecciones bacterianas, también pueden dañar las bacterias beneficiosas que colonizan el intestino, lo que se conoce como microbioma intestinal.

Por lo general, este ecosistema de bacterias «buenas» se recupera rápidamente, pero en ocasiones las especies «malas», como la ‘C. diff’, toman el control y provocan diarreas graves.

Bacterias y salud mental

La flora intestinal, microbioma o microbiota intestinal, es el conjunto de microorganismos que viven en el tracto gastrointestinal. Cada vez hay más evidencia de su importancia para mantener buena salud en diferentes aspectos. Entre los más recientes está su vinculación con la depresión, una relación que han explicado en un nuevo trabajo investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos). El equipo de investigación ha contribuido a aumentar las evidencias científicas de que la microbiota afecta al funcionamiento del cerebro, en este caso, en lo tocante a los síntomas de depresión.

En su trabajo con modelos animales (ratones de laboratorio) y humanos, han identificado unas células del sistema inmunológico que en su actividad en el microbioma acaban afectando a funciones cerebrales estrechamente relacionadas con la depresión causada por estrés.

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