Las fotos del crimen del asesinato de la viuda de la CAM
No hay pruebas, sólo indicios, así arranca hoy el juicio contra Miguel López por el presunto asesinato a tiros de su suegra. Fiscalía y acusación particular le piden 24 años. Un caso que ha partido en dos una de las familias más poderosas de Alicante, mientras la acusación particular la ejerce el hijo mayor de la víctima sus dos hermanas arropan al acusado.
María del Carmen fue asesinada de dos disparos en la cabeza cuando acudía a recoger su coche del lavadero de la empresa familiar Novocar la tarde del 9 de diciembre de 2019.
Fue un trabajador de la empresa el que la encontró cuando se tambaleaba junto al coche desangrándose segundos antes de morir. El lavadero, un lugar con poca iluminación y sin cámaras de vigilancia se había convertido en el escenario del crimen.
Pronto la policía científica determinó que el asesino sorprendió a la víctima dentro de su vehículo. Abrió la puerta y le disparó dos tiros en la sien a corta distancia. Las balas atravesaron a la víctima alojándose, como se puede ver en las fotografías, en la puerta del vehículo. Aún así, Mari Carmen sacó fuerzas para salir del coche e intentar pedir ayuda falleciendo finalmente en el exterior del coche en un gran charco de sangre. Una apreciación relevante que no morbosa, ya que la investigación no deja claro cuánto tiempo tardó en morir y el charco de sangre en el exterior podría indicar que cuando le dispararon el presunto autor ya no estaba en la zona.
Junto a la víctima se hallaron dos casquillos del arma modificada con la que la asesinaron. En uno de ellos, éste que pueden ver en OKDIARIO, se halló ADN de un varón desconocido tras compararlo con las de los policías, testigos y servicios de emergencia que atendieron a la mujer.
También en el suelo, la policía halló las gafas rojas de la víctima y su bolso con su cartera y el dinero que ese día portaba, lo mismo que varias joyas. Algo que descartaba el robo, aunque no el robo del vehículo en sí mismo. Finalmente, y a poca distancia se recogieron las balas ya deformadas tras los disparos.
En ese momento varios trabajadores se encontraban en las instalaciones. Unos en las oficinas, otros en la zona comercial del concesionario de coches y otros muy cerca en el taller. Estos ni siquiera escucharon el disparo en el lavadero. La policía mantiene que Miguel López planeó el crimen, saludó a la víctima cuando acudía a recoger el coche y aprovechó que en ese momento nadie miraba hacia el lavadero para asesinarla.
Según el sumario, segundos después de asesinar a su suegra Miguel fue a despedirse de los mecánicos que estaban justo al otro lado de la puerta, también de su secretaria y otros trabajadores, y se fue a su domicilio. Y en medio de todo esto se deshizo del arma, de guantes y otra ropa, antes de marcharse a casa. No hay huellas. Ni ADN. Y estas fotografías del escenario del crimen serán las mismas que deberá analizar el tribunal popular que desde hoy juzga al presunto asesino.
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