El paripé vasco

El paripé vasco

La verdad es que a uno le asombra que haya finos analistas políticos que no comprendan la postura de PNV de rechazo a una investidura de Feijóo. El partido de los jeltzales siempre se ha destacado por jugar con ventaja y administrar sus eternas quejas. Es un partido de incomprendidos, siempre revindicativos de la falta de caso que se le hace hacia su sagrado derecho a decidir. Esa derecha nacionalista hace evidencia eso que decía Cervantes que «Más vale buena queja que mala paga». Bueno, no es el caso del todo, dada la existencia de un concierto económico que repitamos una vez más, es una anomalía financiera y fiscal en la Unión Europea. Y con el cheque en mano que se negocia cuando toca, con el botín de los votos en la carrera de San Jerónimo como contrapartida, la cuenta es siempre favorable.

Seria inaudito que los peneuvistas apoyaran un Gobierno del PP que pretenda una estabilidad política y económica, porque no sabríamos entonces cuál sería el motivo de su queja. Resulta mucho más rentable apoyar el conglomerado de una investidura de Sánchez, porque en ese gazpacho uno anda con la tabarra del derecho a decidir como cuenta pendiente que, además de imposible, el de Tetuán ya se encargará de incumplir pacte lo que pacte, pues esa es su naturaleza política. Pero uno se siente mas confortable, que por otra parte es lo que ha hecho como balance de legislatura pasada el PNV, diciendo que algo se acordó sin que se ejecutara.

La realidad es que la sociedad vasca vive unos inauditos niveles de autogobierno, y si no que se lo pregunten a los eruditos a la violeta del Estado federal que andan por ahí pregonando sin conocimiento de causa alguna, el sistema de otras realidades territoriales y sus techos competenciales. Precisamente tampoco sabemos qué competencias cabe transferir y reivindicar, salvo que se pida directamente la política exterior, la defensa o el Poder Judicial. Pero se dice y se llora por ello como plañideras en entierro de tercera.

En este enredo sólo tiene un riesgo el PNV ante las próximas elecciones autonómicas vascas. Lo que ya ha causado tendencia en los resultados de las generales, donde Bildu se presenta como lo auténtico y, paradojas del destino, los nacionalistas vascos como su marca blanca. Si da igual cualquier política publica o legislativa que se haga en Madrid, venga de la bancada azul o roja, pueslo esencial es el derecho a decidir, lo fetén será el independentismo de verdad. El que lo pide sin tapujos: Bildu. Desde luego lo del PNV, le pase lo que le pase en este eterno paripé negociador tras las elecciones generales de toda la democracia, puede ser parecido a lo de ese amigote que acodado en la barra del bar con un buen malta, se queja que tiene que pagar la hipoteca del casoplón, el cochazo y los caprichos de la mujer. Y para su desgracia, está última le acaba dejando.

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