La burbuja de ayer en España es la burbuja de hoy en Canadá
Cuantos españoles habrán pensado que si pudieran volver a 2007 habrían vendido su casa o hasta habrían apostado a que la burbuja iba a explotar. Las señales de la inminente explosión eran muy claras. ¿Cómo podían los bancos financiar el 100% de la compra a empleados con trabajos temporales y luego darles otro crédito para amueblar y decorar la vivienda? ¿Cómo podía una persona con un trabajo normal comprar una casa en la ciudad y dos en la playa? Parecía que regalaban los Porches… Resulta que aunque en España estemos muy lejos de volver a esa situación hay un país donde podemos ver muchos paralelismos con nuestra añorada burbuja.
El pasado 11 de abril se organizó la Real Estate Wealth Expo en Toronto con invitados como el cantante Pitbull o la estrella de autoayuda Tony Robbins. Asistieron 15.000 personas. Bajo el ritmo de Fireball y la motivación infundada por Robbins, los promotores contaban que convertirse en millonario es fácil en el mercado inmobiliario de Canadá, ya que los bancos te financian el 100% muchas veces sin un sueldo fijo y hasta sin ser canadiense. Todo eran ejemplos de como un joven compró un apartamento en Toronto por 2 millones y lo vendió por 3 al año siguiente. Esto seguido de frases como que el miedo paraliza y que comprar en Canadá es completamente seguro. Según la Reserva Federal de Dallas, el mercado inmobiliario canadiense se ha revalorizado un 300% de media desde 2003, un 33% en el último año y ha hecho rica a mucha gente —nuestra burbuja “sólo” llegó al 191% de revalorización según The Economist—.
No obstante, esta apoteósica subida ha causado desequilibrios muy significativos en el país. El FMI ha avisado que la deuda por familia de 167% sobre ingresos causará problemas crediticios en un futuro cercano. El precio medio de la vivienda en Toronto es de 921.000 dólares cuando los ingresos por familia en esta ciudad son de 78.000 dólares de media según datos de Statistics Canada —ratio de 11.66 veces precio/ingresos—. Para poner estos números en perspectiva, en el punto más alto de nuestra burbuja llegamos a un precio de la vivienda de 9,1 veces la renta bruta de los hogares. En la costa pacífica de Canadá, encontramos un ratio de 12,5 en la ciudad de Vancouver. Aunque lo difícil de una burbuja no es identificarla como tal sino saber cuándo puede estar empezando a desinflarse. En España, los bancos empezaron a reducir riesgos en 2006 asegurando hipotecas y endureciendo los requisitos para poder conseguir una. Todo mientras la economía mundial se frenaba poco a poco.
En Canadá, un banco ha dado la luz de alarma. Scotiabank ha reducido su cartera de hipotecas un 37,77% y asegurado el 23,2% del resto de hipotecas. Además, todos los bancos canadienses han sufrido grandes ventas de acciones por parte de sus directivos en 2016-2017 según la comisión de valores canadiense. Algo que debe hacer que uno se cuestione cuanta convicción tienen en el futuro de este boom. Otras señales negativas son que el gobierno de Canadá ha impuesto un impuesto del 15% a compradores de viviendas extranjeros. Las materias primas, la principal exportación de Cánada, han caído un 50% de media según el índice de commodities de Goldman Sachs. Finalmente, los millonarios chinos y sus hijos, estudiantes en universidades canadienses, eran otro gran motor de la aceleración de precios, pero no están en su mejor momento, ya que China está sufriendo una deceleración crediticia. El crecimiento de crédito chino ha pasado de un 25% a menos del 15% en el último año, según datos de PIMCO. Poco les queda a los canadienses para decir: “Lo que haría si pudiera volver al apogeo de la burbuja…» Tiempo al tiempo.