5 consejos para un “ayuno intermitente digital”

5 consejos para un “ayuno intermitente digital”

Cualquiera que aspire a conservar su sano juicio
necesita de un lugar en el mundo
en el que pueda y desee perderse.
«El laberinto de los espíritus»
Carlos Ruiz Zafón.

Piensa en esta imagen:

Cada día depositas un poco de basura en un cubo, en algún momento está casi lleno, pero empujas un poco con la mano y abres espacio para más basura. Unos días más tarde tienes el cubo lleno, algunos trozos de algo (¿?) sobresalen, empieza a oler mal y a la vista es bastante desagradable. Es hora de desocupar el cubo.

Esta misma imagen la puedes aplicar a tu cabeza. Este “cubo” que es nuestra mente lo estamos llenando cada día con gran cantidad de información (basura en un gran porcentaje) que recibimos de manera pasiva a través de diferentes dispositivos electrónicos.

Estamos hiperconectados y cada uno de nuestros actos digitales genera datos en una doble vía, lo que producimos y lo que recibimos. Y dentro de todo lo que recibimos cada día, un gran porcentaje llega de manera involuntaria. Es ahí donde radica uno de los grandes problemas de la actualidad, la cantidad de símbolos, información y mensajes subliminales que acumulamos de forma inconsciente en nuestro cerebro.
¿O de verdad crees que las zapatillas que te compraste en internet fue únicamente una decisión tuya? ¿Nos has pensado que quizás algún algoritmo intervino en esa decisión?

Los humanos somos un cubo de basura andante, y el problema es que esa basura es invisible. Solo cuando ya es muy tarde y tenemos un estrés avanzado o -en el peor de los casos- sufrimos un burnout, es cuando nos percatamos de la necesidad de liberar nuestro cubo, o mejor dicho, de trabajar nuestra salud mental.

Liberar nuestro cubo de basura requiere un trabajo que debe hacerse de manera consciente (a la inversa de cuando lo llenas), y recurriendo a acciones que puede que no nos gusten tanto, ya que van en oposición a la recompensa inmediata (dopamina) que recibimos a través de actos como el like.

Por ello, y ad-portas de las vacaciones de verano, qué mejor que aprovechar una parte de este tiempo empleándolo en despejar tu mente, ya que es la única manera de que lleguen nuevas ideas.

Y así como hoy están de moda las dietas exprés para llegar como un pincel a la playa, quisiera proponerte este “ayuno intermitente digital” para regresar reseteado de las vacaciones.

Aquí va la receta que tendrás que practicar durante tus días de descanso:

Nº 1. Una hora de desconexión diaria.
Sin ni siquiera mirar la pantalla, cero conexiones. Estamos revisando constantemente la pantalla del móvil, incluso sin tener notificaciones. Se calcula que los menores de 25 años ven la pantalla de su móvil alrededor de 150 veces al día y los mayores de 25 unas 110 veces al día. En promedio revisamos el móvil cada 10 minutos. Esto genera problemas de ansiedad y trastornos de atención.

Nº 2. Búscate un hobbie de verano.
¿Siempre quisiste hacer senderismo o correr por la playa? Pues aprovecha esta temporada y desarrolla una actividad que te implique estar fuera de casa, y mucho mejor si es en compañía de otras personas. ¡Atención! El móvil está prohibido.
La conexión digital genera aislamiento, así que aprovecha para salir de la “caverna” digital.

Nº 3. Lee un libro de un autor desconocido.
Que sea de otro país, y aún mejor si es de otro continente. Además intenta un género literario al que no estés acostumbrado. Vas a ver como tu cerebro inmediatamente va a protestar porqué lo estás sacando de su zona de confort. Si es así, enhorabuena, vas por buen camino. Trata de ir a una librería, y que sea un encargado quien te lo recomiende; evita las recomendaciones de Google o Amazon.

Nº 4. Escribe con papel y lápiz.
Escribir con bolígrafo es una de las mejores actividades para activar nuestra mnemotecnia (técnica de memorización); el problema es que estamos perdiendo esta costumbre debido al mundo digital.
Así que ve a la papelería, cómprate una libreta, y en la primera página escribe lo primero que se te ocurra en un folio. Cada día, al final de la tarde escribe algo que hayas vivido o sentido -ese u otro día- y que merezca tu atención. Ya verás como al cabo de unos días te re-conocerás y aprenderás más de ti, que casi en toda tu vida.

Nº 5. Practica la empatía.
Un de los efectos de estar mirando el móvil permanentemente es que pierdes la mirada sobre “el otro”. La comunicación digital no te exige nada más que chatear, sin embargo, la comunicación presencial te exige un trabajo de escucha, de prestar atención, de reflexionar y de dar significación a lo que la otra persona te dice.
Así que intenta abordar a un desconocido, un familiar o un amigo con el que no hablas desde hace mucho tiempo. En poco tiempo apreciarás el valor de una buena conversación.

Y aunque estos consejos te puedan parecer muy evidentes, crear una rutina diaria en la que implementes al menos dos de ellos, no te resultará tan fácil como a simple vista parece.

Así que a por ello, y ¡felices vacaciones!

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