Microbioma cutáneo: más que una moda, un factor esencial para tu piel
Cómo cuidar tu microbioma cutáneo: los productos y hábitos que favorecen el equilibrio de tu flora bacteriana
La microbiota: un nuevo paradigma de salud
El microbioma cutáneo es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestra piel, como bacterias, hongos, virus y ácaros. Estos microorganismos cumplen funciones importantes para nuestra salud, como protegernos de infecciones, regular la inflamación, mantener la hidratación y contribuir a la renovación celular.
Sin embargo, el microbioma cutáneo puede alterarse por diversos factores, como el estrés, la contaminación, el uso de cosméticos, el envejecimiento o las enfermedades de la piel. Cuando esto ocurre, se produce un desequilibrio entre los microorganismos beneficiosos y los perjudiciales, lo que puede provocar problemas como sequedad, irritación, acné, dermatitis, rosácea o psoriasis. Algo que en los últimos tiempos parece haberse puesto de moda en lo que a tratamientos cutáneos se refiere pero lo cierto es que es mucho más. Por ello os explicamos a continuación, todo sobre el microbioma cutáneo, factor esencial en tu piel.
Microbioma cutáneo: factor esencial para tu piel
Es importante cuidar nuestro microbioma cutáneo y mantenerlo en equilibrio. Para ello, podemos seguir algunos consejos que nos ayudarán a preservar la diversidad y la salud de nuestra flora bacteriana. Estos son algunos de ellos:
Limpia tu piel con suavidad
La limpieza de la piel es un paso esencial para mantenerla sana y bonita, ya que permite eliminar el exceso de grasa, el sudor, el maquillaje y las impurezas que se acumulan en la superficie y los poros a lo largo del día. Sin embargo, no debemos caer en el error de limpiar la piel de forma excesiva o con productos que sean demasiado agresivos o que contengan sustancias que alteren el pH natural de la piel, que es ligeramente ácido. Estos productos pueden arrastrar también los microorganismos beneficiosos que forman parte del microbioma cutáneo, el conjunto de bacterias, hongos y virus que viven en armonía con nuestra piel y que la protegen de las infecciones, la inflamación y el envejecimiento.
Además, estos productos pueden dañar la barrera hidrolipídica de la piel, que es la capa más externa que la protege de la deshidratación y de las agresiones externas. Por eso, lo mejor es optar por productos limpiadores suaves, que respeten el pH y el equilibrio de la piel y que contengan ingredientes que la nutran y la calmen, como el aloe vera, la miel, el aceite de coco o el té verde, que tienen propiedades hidratantes, antibacterianas, antioxidantes y antiinflamatorias.
Hidrata tu piel a diario
La hidratación es otro aspecto clave para cuidar el microbioma cutáneo, ya que una piel seca es más propensa a sufrir irritaciones, inflamaciones e infecciones. Además, una piel hidratada favorece la actividad de los microorganismos beneficiosos y la producción de sustancias que refuerzan la barrera cutánea. Por eso, es recomendable aplicar una crema hidratante a diario, preferiblemente después de la ducha o el baño, cuando la piel está más receptiva. La crema hidratante debe ser adecuada al tipo de piel y contener ingredientes que aporten hidratación, nutrición y protección, como el ácido hialurónico, la manteca de karité, el aceite de argán o la vitamina E.
Evita los productos que contienen alcohol, fragancias o conservantes
Algunos productos cosméticos que usamos habitualmente pueden contener ingredientes que resultan perjudiciales para el microbioma cutáneo, como el alcohol, las fragancias o los conservantes. Estos ingredientes pueden irritar la piel, alterar el pH, eliminar los microorganismos beneficiosos y favorecer el crecimiento de los perjudiciales. Por eso, es conveniente evitar los productos que contienen estos ingredientes o usarlos con moderación. En su lugar, podemos optar por productos naturales, ecológicos o formulados específicamente para respetar el microbioma cutáneo.
Incorpora probióticos y prebióticos a tu rutina de belleza
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se aplican sobre la piel, pueden mejorar su salud y su aspecto. Los probióticos pueden ayudar a restaurar el equilibrio del microbioma cutáneo, reforzar la barrera cutánea, prevenir o tratar las infecciones, reducir la inflamación, mejorar la hidratación y estimular la regeneración celular. Algunos ejemplos de probióticos son el yogur, el kéfir, el vinagre de manzana o el kombucha. Podemos aplicarlos directamente sobre la piel o usar productos cosméticos que los contengan.
Los prebióticos son sustancias que alimentan y estimulan el crecimiento de los microorganismos beneficiosos del microbioma cutáneo. Los prebióticos pueden ayudar a mantener la diversidad y la salud de nuestra flora bacteriana, así como a prevenir el desequilibrio causado por factores externos. Algunos ejemplos de prebióticos son la inulina, el almidón resistente, la fibra o el azúcar. Podemos consumirlos a través de la dieta o usar productos cosméticos que los contengan.
Adopta hábitos de vida saludables
Finalmente, no podemos olvidar que el cuidado del microbioma cutáneo también depende de nuestro estilo de vida. Algunos hábitos que podemos adoptar para favorecer el equilibrio de nuestra flora bacteriana son:
- Seguir una dieta equilibrada y variada, que incluya alimentos ricos en probióticos y prebióticos, como los fermentados, las frutas, las verduras, los cereales integrales o los frutos secos.
- Beber suficiente agua, para mantener la piel hidratada y eliminar las toxinas.
- Evitar el tabaco, el alcohol y las drogas, que pueden dañar la piel y el microbioma cutáneo.
- Practicar ejercicio físico regularmente, para mejorar la circulación sanguínea, la oxigenación y la eliminación de residuos.
- Dormir bien, para favorecer la reparación y la regeneración de la piel.
- Reducir el estrés, que puede afectar negativamente al sistema inmunológico, la inflamación y el microbioma cutáneo.
Siguiendo estos consejos, podremos cuidar nuestro microbioma cutáneo y disfrutar de una piel sana, bonita y equilibrada.
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