Lenguas cooficiales

Las taquígrafas del Congreso se lavan las manos con la traducción de las lenguas como adelantó OKDIARIO

taquígrafas Congreso
Gonzaga Durán

Las taquígrafas del Congreso de los Diputados se lavan las manos en la traducción de las lenguas cooficiales en el hemiciclo. Así consta en el Diario de Sesiones que se ha publicado este lunes sobre el Pleno del pasado 19 de septiembre en el que los diputados comenzaron a usar el gallego, el euskera, el catalán, el aranés y el bable. Las taquígrafas recalcan que en las actas se refleja «la interpretación al castellano y la transcripción de la intervención» de las lenguas cooficiales facilitadas por los traductores de la Cámara Baja.

«En el caso de las intervenciones realizadas en las lenguas españolas distintas del castellano que son también oficiales en las respectivas comunidades autónomas de acuerdo con sus Estatutos, el Diario de Sesiones refleja la interpretación al castellano y la transcripción de la intervención en dichas lenguas, facilitadas por los servicios de interpretación y transcripción», refleja el Diario de Sesiones. Las actas de cada jornada en el hemiciclo suelen publicarse a las pocas horas, algo que no se ha producido en esta ocasión tras permitirse el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso.

El pasado jueves se aprobó de forma definitiva el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, permitiendo que los diputados nacionales se puedan expresar en gallego, euskera, catalán, aranés y bable. Se trata de una de las exigencias que le pidieron los separatistas a Pedro Sánchez para apoyar la elección de la socialista Francina Armengol como presidenta de la Cámara Baja. Esta iniciativa fue aprobada con el voto a favor del PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV, BNG, Junts y Coalición Canaria. PP y Vox votaron en contra. Armengol destinará 280.000 euros de aquí a final de año para poner en práctica esta iniciativa.

«Errores»

OKDIARIO ya adelantó el pasado viernes que las taquígrafas de la Cámara Baja (actualmente son todas mujeres) se iban a negar a asumir los posibles «errores de transcripción» que podría generar el uso de las lenguas cooficiales en el hemiciclo. El acta de las últimas sesiones plenarias, publicada este lunes, así lo ha confirmado.

Las taquígrafas son las personas responsables de tomar nota de todo lo que ocurre durante la actividad parlamentaria. Tanto de los discursos propiamente pronunciados desde la tribuna de oradores como de los gritos, insultos o reproches espontáneos que puedan darse desde los escaños.

«La falta de dominio de esas lenguas nos dificulta nuestra labor», reconoció a este periódico en una conversación informal una de las taquígrafas de la Cámara Baja. También denunció que se les había prohibido hablar expresamente sobre esta cuestión. El objetivo de este silencio impuesto es el de intentar evitar que no se produzcan críticas a las prisas con las que se ha hecho todo.

Estas empleadas temen que las diferentes interpretaciones entre lo que diga el diputado y lo que transmita el traductor pueda «derivar en inexactitudes» y en errores de transcripción. Esto podría acabar con el uso legal e histórico de los Diarios de Sesiones, pues la recopilación de discursos e intervenciones «raramente reflejará» lo que realmente ha ocurrido en el hemiciclo.

En el acceso a las transcripciones que tienen a su disposición los diputados y sus asesores, se refleja una «cláusula de exención de responsabilidad en caso de interpretación». Además, se advierte de que «la interpretación no constituye en ningún caso una grabación autentificada de los debates».

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