Podemos purga a dos concejales de Leganés por denunciar «los insultos» de su portavoz municipal
La Comisión de Garantías Democráticas de la Comunidad de Madrid ha suspendido provisionalmente de militancia a dos concejales del Grupo Municipal de Legananemos por discrepancias internas con el Consejo de Podemos en Leganés y por «la conflictividad existente ante la compleja situación orgánica».
Según han explicado fuentes de la formación morada, se trata de un apercibimiento de un año de pérdida de militancia para Mercedes Condés, que también es secretaria de Podemos Leganés, y otros seis meses para José Manuel Barbé, que además de edil integra de Consejo municipal ciudadana.
El segundo ya ha anunciado que recurrirá la decisión, por lo que tendrá que ser la Comisión Estatal de Garantías la que confirme la decisión regional. También se ha suspendido la militancia a Ramón Nieto, miembro del Consejo Ciudadano municipal.
Crisis interna
Hace un mes, un total de 122 personas inscritas en Leganemos firmaron una carta grupal en la que solicitan la «dimisión de los cuatro concejales» de la candidatura de unidad popular que fueron elegidos en mayo del pasado año (Fran Muñoz, Rocío Cruz, Mercedes Condés y Eva Martínez) para constituir «un nuevo grupo municipal que trabaje desde el respeto mutuo y el cuidado y pueda llevar a cabo las políticas que Leganés se merece».
Las ‘luchas internas’ en el Grupo municipal –que han desembocado en los últimos meses en las dimisiones de los exconcejales Javier Blanco y Adrián Sánchez– han derivado en esta petición, que auspició la concejala Rocío Cruz, de baja médica por el clima de tensión que se vive en el seno del Grupo, según han desvelado los autores de la carta.
Según los firmantes, se han registrado en Leganemos numerosas dimisiones en la coordinadora, con cartas de dimisión en las que se denuncia presuntos «hostigamiento, intimidación y faltas de respeto constantes» por parte de la Portavocía del Grupo municipal, con «insultos, agresiones verbales y mofas».
Mientras, fuentes próximas a la Portavocía del Grupo negaron estas acusaciones y han asegurado que se trata de una cuestión de «luchas de poder» en el seno de la candidatura de unidad popular.
Convivencia «insostenible»
Por su parte, los 122 firmantes admitieron que, «durante los últimos meses la convivencia en el grupo municipal, y como reacción, en la coordinadora y en la asamblea, ha ido degradándose hasta hacer insostenible la situación e imposible el trabajo colectivo que se exige a las personas que lo componen».
Esta situación, a juicio de los firmantes, «imposibilita trabajar adecuadamente y sacar adelante las medidas», a lo que se suma «una grave carencia de funcionamiento democrático que se caracteriza por el uso instrumental de los diferentes documentos del partido para frenar las medidas orientadas a solucionar el problema».
«Decimos que basta ya de esta dinámica y reconocemos que el clima de hostilidad del grupo municipal hace imposible que se lleve a cabo un trabajo sano, positivo y útil para la ciudadanía de Leganés», apostillaron.
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