Los gestores dan la espalda al Tesoro de EEUU: refugian 823.000 millones en la deuda corporativa
El frenesí por la deuda corporativa ha tomado impulso con la guerra arancelaria y los riesgos por la independencia de la Fed

Los operadores aceleraron las compras de los bonos un 54% en la primera mitad de 2025 hasta alcanzar una cifra récord de 823.000 millones de dólares, según los volúmenes de clientes gestionados por Barclays en el primer semestre. El 25% de las operaciones de cartera fueron inversiones en deuda corporativa estadounidense, es decir, en compañías de Estados Unidos.
Este rally refleja como la política de Wall Street ha empujado a los inversores a buscar otras vías de inversión más allá de la renta fija (bonos del Tesoro) estadounidense, considerado hasta ahora como el activo más sólido del mundo. Por otro lado, estos datos también muestran la popularidad de las operaciones de cartera (cuando inversores realizan varias operaciones a la vez) entre los gestores.
El segundo mercado más importante para los gestores, según Barclays, fue el mercado de deuda corporativa de Reino Unido. Además, le sigue el sector de high yield (alto rendimiento), considerado el tipo de deuda más arriesgado para invertir, dado que estas compañías se consideran del grado de junk y suelen tener problemas financieros. Esta tendencia también ha sido observada por Matthew Mish, estratega del banco suizo UBS, aunque aconseja que «los bonos de calidad (alta calificación y grado de inversión) ofrecen una mejor relación riesgo-rentabilidad».
Según Mish y los analistas de la entidad suiza, consideran que esta nueva inyección de capital en la deuda corporativa tiene mucho que ver con el panorama macroeconómico actual en Estados Unidos. «Si el crecimiento económico de EEUU decepciona y los datos se debilitan, esperamos que los bonos de calidad repunten, lo que podría generar importantes ganancias de capital».
No obstante, hay algunos estrategas, como Masahiko Loo y su equipo de analistas en State Street que mantienen la calma en medio de la tormenta arancelaria. «Nuestro mensaje a los inversores es que no hay motivo para alarmarse por el dumping de los bonos del Tesoro, ya que muchos inversores ya están infraponderados» han escrito los analistas, en una nota a clientes. En este sentido, aseguran que aún se puede restaurar el atractivo de los bonos a largo plazo como activo refugio.
Aunque no es su escenario principal, también han destacado el «riesgo extremo» que conllevan las políticas actuales de Donald Trump. «Dicho esto, si los problemas fiscales de EEUU siguen sin resolverse, la prima por plazo podría ampliarse aún más, lo que supondría un riesgo extremo y debilitaría su función».