La Junta de Andalucía regó a la asociación

Facua recibió una subvención de 50.000€ por el videojuego que requería múltiples datos privados

Facua irregularidades
Ruben Sanchez, líder de Facua.
Borja Jiménez

La Junta de Andalucía regó con más de 51.500 euros a Facua para la producción del videojuego ‘Pesadilla en el centro comercial’, que en su primera versión solicitaba múltiples datos personales precisamente en una aplicación que pretendía potenciar que los usuarios tengan armas para evitar y combatir los fraudes.

Subvención a Facua. Fuente: www.juntadeandalucia.es

Tal y como recoge la propia Junta de Andalucía en su página web, el programa de la subvención fue el de «la promoción de un consumo responsable, solidario, sostenible y de calidad, que consta de tres actividades»: Diseño, desarrollo y evaluación de talleres sobre huella ecológica, dirigidos al alumnado del tercer ciclo de educación primaria (11-12 años); diseño y difusión de un videojuego sobre consumo responsable, destinado en general a los consumidores y usuarios, haciendo especial hincapié en la concienciación de jóvenes que cursan educación secundaria; y la elaboración de seis vídeos sobre distintos temas relacionados con el consumo responsable.

La polémica

La polémica saltó porque los requisitos de descarga del videojuego creado por Facua solicitaban permisos para acceder a la red, al puerto USB, a las fotografías y, en definitiva, al almacenamiento del dispositivo. Pero, ¿para qué quería una plataforma de consumidores todos esos datos?

Según anunció Facua, “los jugadores conocerán sus principales derechos al comprar un producto o contratar un servicio además de aprender a evitar abusos y caer en el despilfarro”. Sin embargo, los usuarios ponían en tela de juicio que quien pretende enseñar “a evitar abusos” solicitara datos de privacidad como los citados anteriormente.

OKDIARIO habló entonces con Rubén Sánchez, portavoz de Facua. Según explicó, “cuando el juego estaba en fase de programación, aunque sólo podíamos acceder los beta testers, metimos el login para reforzar la seguridad interna, pero en cuanto lo lanzamos en abierto el día 20, todo el mundo pudo jugar sin facilitar ningún dato”.

“Lo que ocurre es que no indicamos el cambio en la plataforma de Google, por lo que ésta seguía considerando que el juego solicitaba datos. Eso sí, lo de que accede a datos de la memoria interna del móvil, como están diciendo algunos trolls… en absoluto”, se excusó Rubén, alegando que “sólo accedimos cuatro personas de la organización a la beta, que no era pública”. Algo que, posteriormente, se demostró que no fue así.

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