Nepotismo en el Gobierno

Conthe sitúa a su hombre de confianza como presidente de la CNMV tras colocar a su hija en el FROB

Conthe sitúa a su hombre de confianza como presidente de la CNMV tras colocar a su hija en el FROB
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Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La sombra de Manuel Conthe es muy alargada en el proceso de renovación de los órganos teóricamente independientes que está acometiendo el Gobierno de PSOE y Podemos. Tras conseguir aupar a su hija Paula a la presidencia del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), ahora ha colocado a su antigua mano derecha, Rodrigo Buenaventura, nada menos que en el puesto que él ocupó: la presidencia de la CNMV.

Ambos coincidieron por primera vez en AFI y, cuando fue nombrado presidente de la CNMV en 2004, Conthe se lo llevó como director de relaciones institucionales. Más tarde pasó a ser director de mercados secundarios. Cuando se produjo la tumultuosa salida de Conthe de la CNMV en 2007, también tuvo que abandonar el supervisor otro de sus hombres de confianza, Antonio Carrascosa, que fue rescatado en 2011 por Luis de Guindos. Buenaventura se salvó de la ejecución, pero a cambio del destierro: en 2011 se tuvo que ir a la ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados, el supervisor europeo), organización con sede en París, como director de la división de mercados.

En 2016, Sebastián Albella llegó a la presidencia de la CNMV y lo rescató y lo puso al frente de la dirección general más importante del organismo supervisor, la de mercados, que había ocupado desde su creación Ángel Benito, el ‘sheriff’ de los mercados españoles. Ahora, Buenaventura culmina este ascenso sustituyendo al propio Albella como presidente.

Una directiva de CaixaBank, vicepresidenta

Desde ese cargo, tendrá que dar el visto bueno definitivo a la fusión de CaixaBank y Bankia, en la cual la CNMV ha dispensado de lanzar opa a la Fundación la Caixa sin siquiera pedirlo, y, además, tendrá asiento como consejero nato en la Comisión Rectora (órgano de gobierno) del FROB presidido por Paula Conthe. Es decir, Manuel Conthe va a tener un poder enorme en el fondo que debe gestionar la desinversión del Estado en Bankia y Sareb, así como rescatar otras entidades que puedan devenir inviables en esta crisis, si llega el caso.

En todo caso, Buenaventura ha recibido las alabanzas generalizadas del sector, dada su amplia experiencia y sus grandes conocimientos de los mercados de valores. Menos entusiasmo a generado la que será su vicepresidenta, Montserrat Martínez Parera. Aunque también ha desarrollado gran parte de su carrera en el supervisor, actualmente es directora del gabinete de presidencia de CaixaBank, lo que supone un innegable conflicto de interés con un puesto en el que tendrá poder de decisión sobre la fusión con Bankia.

El turbulento pasado de Manuel Conthe en la CNMV

Manuel Conthe presidió la CNMV entre 2004 y 2007, después de haber ocupado varios cargos económicos en los Gobiernos de Felipe González. Su salida se produjo a raíz de su enfrentamiento con su segundo, Carlos Arenillas, por sus disputas sobre la decisión de no abrir expediente sancionador a Enel y Acciona en la opa de Enel sobre Endesa. Y fue muy tumultuosa, puesto que se despidió acusando al entonces presidente de BBVA, Francisco González, de irregularidades en la venta de su antiguo broker FG Valores a Merrill Lynch, acusaciones que se demostraron falsas.

Este asunto coincidió en el tiempo con el espionaje encargado por FG al excomisario Villarejo; de hecho, Conthe fue uno de los que sufrieron las escuchas de Cenyt. Años después, Conthe fue investigado por la Policía Nacional por una presunta trama delictiva en el seno de la CNMV cuando él presidía el supervisor, la llamada ‘Operación Parqué’. Esta trama habría tomado supuestamente decisiones irregulares en la concesión o retirada de licencias a distintas entidades de inversión -entre ellas Vetusta o Dracon-, y había sospechas de prevaricación o cohecho.

Finalmente, la UEDF decidió archivar las actuaciones, pero el propio Conthe reconoció haber tomado decisiones «preventivas» sin contar con suficiente base para ello: «Hay que tener en cuenta que a veces un supervisor tiene que tomar medidas con carácter preventivo sin tener la certeza al 100% de que hay irregularidades en la entidad sobre la que se tienen sospechas, y muchas veces hay que hacerlo porque a veces el riesgo de que esas sospechas sean ciertas predominan sobre el hecho de intervenir una entidad. Yo no descarto que en algunas ocasiones el supervisor se pase un poco de frenada y que, para proteger al ahorrador, tome acciones que luego a la postre se demuestre que hubieran sido innecesarias porque esos temores eran infundados», admitió en una entrevista en 2015.

El problema es que esas decisiones en las que se «pasó de frenada» provocaron la ruina de los propietarios de las firmas que fueron cerradas sin motivo y enviaron al paro a todos sus empleados. No obstante, la UDEF no retomó las actuaciones tras esta confesión. Para más inri, Conthe llamó «monos con metralletas» a los integrantes de esa unidad de la Policía Nacional y a los periodistas de El Confidencial y El Español que publicaron el escándalo.

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