Fainé no tendrá que lanzar opa sobre CaixaBank-Bankia ni necesitará una dispensa de la CNMV
Uría elabora un informe para Criteria que justifica que no hace falta dispensa, con el que Albella se cubre las espaldas
El BCE abre la mano con la Fundación La Caixa para que pague menos impuestos tras la fusión con Bankia
A Isidre Fainé, presidente de la Fundación La Caixa (primer accionista de CaixaBank a través de Criteria), le ha salido la jugada redonda en la fusión con CaixaBank. Tendrá más del 30% de la entidad fusionada gracias a un permiso especial del BCE y no tendrá que lanzar opa por pasarse de ese porcentaje. De hecho, ni siquiera necesitará pedir una dispensa de esta obligación a la CNMV, sólo un informe de Uría Menéndez para justificarlo.
Como ha informado OKDIARIO, el requisito fundamental del financiero catalán para formalizar la fusión con Bankia fue que la Fundación se quedara por encima del 30% de la entidad fusionada; de lo contrario, perdería grandes ventajas fiscales y tendría que lanzar una opa en el futuro si quisiera superar ese porcentaje.
Ahora bien, en el reparto del capital de la nueva entidad que adelantó este medio (74,2% del capital para CaixaBank y 25,8% para Bankia), la Fundación no alcanzaba ese 30%. Para solucionarlo, Fainé pidió un permiso especial al BCE para poder superar el 40% de CaixaBank mediante compras en mercado; la Ley de Fundaciones Bancarias prohíbe a las antiguas cajas tener más de ese porcentaje en sus bancos para evitar el control político de los mismos. Y el supervisor europeo se lo concedió porque la Fundación La Caixa se pasaría por muy poco: con llegar al 41% de CaixaBank ya es suficiente para superar el 30% de la fusión.
Pero entonces surgió otro problema. ¿Se aplica en este caso la ley de opas, que exige lanzar una por el 100% si se supera el 30% del capital de una empresa? Se abrió un debate en el seno de la CNMV: por un lado, aún no se ha materializado la fusión (y puede que no lo haga si algún regulador la rechaza o si el FROB encuentra una opción mejor, si bien es muy poco probable); pero, por otro, la operación está aprobada por ambos consejos y hay una ecuación de canje que da ese 30% a la Fundación de Fainé.
Fainé se niega a pedir la dispensa
Según fuentes conocedoras, el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, se dirigió al que fuera presidente primero de La Caixa y después de CaixaBank entre 2007 y 2016 para decirle que debía solicitar una dispensa de la obligación de lanzar opa basándose en los criterios que establece la normativa para ello; básicamente, que con este movimiento no persigue la toma de control de la entidad, porque ya lo tiene, sino que obedece a un objetivo industrial o empresarial. Y con la promesa implícita de que la CNMV le concedería su petición.
Pero Fainé se negó también a pedir esta dispensa, según las fuentes citadas. Algo que encendió las alarmas en el supervisor del mercado porque se quedaba sin ninguna defensa en caso de que algún accionista minoritario reclamara el lanzamiento de dicha opa o incluso pusiera una demanda en los tribunales. Así que Albella volvió a contactar con el presidente de la Fundación para pedirle, al menos, un informe que argumentara jurídicamente esta negativa a solicitar la dispensa para poder cubrirse las espaldas.
A esto sí accedió Fainé, que encargó dicho informe al bufete Uría Menéndez y lo ha presentado esta semana al supervisor. En dicho informe, estos abogados sostienen que, efectivamente, el objetivo no es el control de CaixaBank-Bankia, sino «asegurar la continuidad del grupo empresarial e industrial articulado en torno a la Fundación La Caixa» (entienden que la Fundación, Criteria y CaixaBank son tres patas de un solo grupo), porque esa continuidad sería imposible si se perdieran las ventajas fiscales de que goza en la actualidad. Cosa que ocurriría si bajara del 30% en la fusión.
La argumentación de Uría Menéndez
Como explicó OKDIARIO, al bajar de ese porcentaje se rompe el llamado grupo fiscal, tal como establecen los artículos 58 y 74 de la Ley del Impuesto de Sociedades. Y eso incrementaría los impuestos que debe pagar la Fundación por los dividendos que recibe del banco, lo que, según la argumentación de este informe, le impediría seguir realizando la obra social que es su razón de ser.
Es decir, las compras para superar ese 30% no pretenden mejorar su situación sino mantener la actual evitando que empeore por este efecto fiscal, según este razonamiento. De ahí que Uría entienda que no solo no hace falta lanzar opa, sino tampoco pedir una dispensa a la CNMV ya que no se modifica el statu quo.
A pesar del rechazo de algunos directivos del supervisor, Albella ha aceptado esta solución porque, al menos, tiene un documento con una argumentación jurídica que le permite cubrirse las espaldas en caso de reclamaciones. Y a Fainé le ha salido la operación a pedir de boca.