El cierre de Almaraz obliga a Redeia a suministrar energía extra a Merlín para los centros de datos
La Junta advierte que los proyectos necesitan "la continuidad de Almaraz"
El cierre de la central de Almaraz obligaría al operador del sistema eléctrico, Redeia, a suministrar energía de otros lados de España a los centros de datos de Merlín Properties en Extremadura. Sin embargo, dada la situación actual, este suministro no se podría mantener sin extraer esa energía de otras centrales nucleares españolas, según aseguran a OKDIARIO fuentes solventes del sector. De hecho, la propia Junta extremeña ha advertido a este periódico que los proyectos de la empresa del Ibex 35 en la comunidad necesitan «la continuidad de Almaraz».
En concreto, la Junta de Extremadura y Merlin-Edged, filial de Merlin Properties y Edged Energy, acaban de firmar un acuerdo para la promoción de dos grandes campus de centros de datos en la comunidad enfocados en inteligencia artificial (IA) generativa y computación avanzada.
Las ubicaciones seleccionadas para los nuevos proyectos de data centers se encuentran en Navalmoral de la Mata (Cáceres) y Valdecaballeros (Badajoz). Estas localizaciones han sido elegidas, precisamente, debido a la «abundante» disponibilidad de potencia eléctrica, un factor clave para este tipo de instalaciones.
Según ha informado la compañía, ambos emplazamientos permitirán el desarrollo gradual de múltiples edificios de centros de datos, con una capacidad aproximada de 1 gigavatio (GW) en cada uno de ellos. Sin embargo, esa disponibilidad energética necesaria está en el aire por culpa de los planes del Ejecutivo.
El cierre de Almaraz y Merlín
La central nuclear de Almaraz es la primera que quiere cerrar el Gobierno de Sánchez. Siguiendo el 7º Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), documento por el que el Gobierno español establece su política en materia de gestión de residuos radiactivos, el proceso de cierre de los reactores nucleares en España dará inicio con el de Almaraz (Extremadura) en noviembre de 2027, seguido por el cese de operaciones del segundo reactor en octubre de 2028.
Si Almaraz cierra, Merlín podría esquivar los problemas. «Nos tienen que asegurar el suministro eléctrico», aseguran fuentes de la empresa. Sin embargo, esa energía tendrá que provenir de otras zonas de España y, dado el estado actual de la red, «no se podría mantener sin centrales nucleares».
De hecho, el cierre nuclear de Sánchez dificulta todas estas inversiones, pues los centros de datos necesitan un gran suministro y, en la actualidad, estas fuentes energéticas generan una cifra que representa el 19,57% del total de la producción eléctrica neta.
Con una potencia instalada neta de 7.117 MW, muy inferior a la de otras tecnologías y que supone tan solo el 5,44% del total, ha conseguido ser la segunda fuente de producción en España, según datos provisionales de Red Eléctrica analizados por Foro Nuclear.
Los dos centros de datos de Extremadura
Siguiendo el caso particular de Extremadura, la Junta y Merlin-Edged ponen en valor la «enorme capacidad de generación energética sostenible de la región, procedente de fuentes renovables y de energía nuclear, con bajas o nulas emisiones de carbono».
Actualmente, Extremadura genera aproximadamente seis veces más energía eléctrica de la que consume, lo que ha llevado a que muchas de sus instalaciones no puedan verter a la red la totalidad de su producción, según señala Merlín. En comparación, Madrid sólo genera el 5% de lo que consume y el País Vasco el 7%.
En este contexto, el desarrollo de «tecnología punta» en una actividad industrial altamente electro-intensiva, como los centros de datos, permitiría «reequilibrar sustancialmente la relación entre generación y consumo». Además, se generarían empleos de «alta capacitación y remuneración», tanto en la construcción de las infraestructuras como en su posterior operación, junto con una «importante economía indirecta» que beneficiaría a la región.
De hecho, la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, asegura que con este acuerdo «se consigue aprovechar las ventajas competitivas de Extremadura en materia energética» para «iniciar un tiempo nuevo» en el que se está «enseñando al mundo que un medio tradicionalmente rural puede ser puntero gracias a las nuevas tecnologías».
Por tanto, el cierre nuclear completo pondría en juego una industria de alto valor añadido que aún se está desarrollando en España gracias a empresas como Merlín y a inversiones extranjeras.