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El BCE deja un agujero de 343 millones en las cuentas de Bankia del año pasado por los depósitos

Bankia es un banco con una alta dependencia de los depósitos de sus clientes para financiarse. Por esto, los tipos negativos castigan al banco público más que a la mayoría.

BCE agencias calificación
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.

El Banco Central Europeo (BCE) continúa haciendo un roto en las cuentas de Bankia debido a su política, instaurada desde hace varios años, de cobrar a las entidades por los depósitos hasta un 0,5%. El banco público (propiedad del FROB en un 62%) es extremadamente dependiente de la evolución de los tipos y del precio del pasivo, su principal fuente de financiación, y ha desvelado que en 2019 perdió 342 millones de euros por intereses abonados al BCE por custodiar la liquidez de sus clientes.

Bankia ganó en 2019 541 millones de euros pero el coste de tener que remontar las pérdidas de la custodia del pasivo es muy grande. Pese a todo, José Ignacio Goirigolzarri ha seguido durante 2019 tratando de amortiguar los efectos de los tipos negativos en los depósitos. El banco ha cambiado los acuerdos con administraciones públicas y fondos para empezar a cobrarles por la custodia, lo cual ha provocado la salida de más de 1.300 millones de sus depósitos tal y como informaba OKDIARIO este jueves.

Gracias a estos movimientos que realizó Bankia para empezar a cobrar a fondos y empresas, la entidad consiguió reducir la factura de intereses que paga por los depósitos en 52 millones de euros en 2019. Principalmente lo hizo reduciendo el coste de los depósitos a los fondos de inversión (ahorraron 25 millones), a los bancos (7 millones) y también a los particulares, donde Bankia pasó de perder 33 millones a perder tan sólo 19.

Reducción del 13%

De esta manera, el banco público reduce un 13% sus pérdidas por custodia de depósitos, un apunte de la cuenta de resultados que no hace tanto tiempo le daba beneficios tanto a ella como al resto de banca española por la retribución que les ofrecía el BCE y que produjo que los bancos se lanzaran a la «guerra del pasivo» retribuyendo depósitos.

Ahora el escenario es el contrario. El objetivo es perder lo menos posible con el pasivo, que por el momento para Bankia sigue suponiendo las dos terceras partes (65%) de su financiación.

Y por el momento, con el plan estratégico de Goirigolzarri entrando en su recta final (un plan que no conseguirá los 1.500 millones de beneficio en tres años castigado por los tipos), la situación macroeconómica y el empuje de un «shock externo» que podría ser el coronavirus, garantizan que la situación monetaria va a seguir igual o aún más laxa. Lo dice el propio banco público en su informe financiero anual: «Es poco probable que el BCE mueva los tipos de interés, salvo que la reactivación de Europa se demore, en cuyo caso, podría bajar, como mucho, 10 puntos básicos el tipo de su facilidad de depósito». Es decir, nada cambiará de esta situación, salvo que se castigue a los depósitos aún más.

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