La Agencia Tributaria incumple la Ley de Morosidad y paga a sus proveedores con un retraso de 36 días
La Agencia Tributaria paga a sus proveedores en 36 días, incumpliendo la normativa de morosidad que exige a las administraciones públicas pagar con un máximo de 30 días. Concretamente el periodo medio de pago mensual de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria es de 36,14 días en el mes de marzo de 2020, en plena pandemia.
Sin duda, desde que gobierna Pedro Sánchez ha empeorado este ratio en el Fisco, ya que en marzo de 2018, por utilizar un mes comparable previo que se produjera la moción de censura de Mariano Rajoy, el periodo medio de pago mensual de la Agencia Tributaria era de 10,01 días, dentro de los límites establecidos por la Ley.
La nueva coalición de Gobierno tampoco parece que haya sido buena para los proveedores de la Agencia Tributaria ya que, si hace un año el periodo medio de pago mensual era de 29,97 días -cumpliendo la Ley de Morosidad por los pelos-, ahora es de 36,14 días. Es decir, casi una semana más de retraso en los pagos sabiendo lo crucial que es para muchos proveedores, especialmente en este momento de crisis sin precedentes, en el que hay 300.000 trabajadores por cuenta propia que van a cerrar su negocio, según la patronal ATA.
El periodo medio de pago (PMP) se define básicamente como los días que de media tarda una empresa o administración en pagar a proveedores. Cuanto más elevado sea el valor de este ratio, más se demora el pago a los proveedores, lo que revela que el deudor se está financiando gracias a éstos. Es decir, que la Agencia Tributaria financia sus actividades gracias a sus proveedores. Actualmente, según los datos de Hacienda, debe 18,56 millones de euros, que es la cifra a la que asciende el importe de pagos pendientes de la Agencia.
La morosidad de la Agencia Tributaria es especialmente gravosa porque sus proveedores no tienen el poder que tiene este organismo para establecer recargos o intereses cuando hay retrasos en los pagos.
La sanción por presentar impuestos fuera de plazo depende del tiempo que tarde el ciudadano en presentar -y abonar- el impuesto. Por ejemplo, en los 3 meses siguientes, el recargo sería del 5%; entre los 3 y 6 meses, aumentaría hasta el 10%; entre los 6 y 12 meses se cobraría el 15% más, y cuando se supera el año el recargo en intereses ascendería al 20%, un momento a partir del cual ya empiezan a establecerse sanciones más serias.
Hasta marzo de 2019 la recaudación neta del Estado por los recargos, intereses, multas, sanciones tributarias ascendió a 197,5 millones de euros, un 13,1% más que hace un año. Es decir, que la Agencia Tributaria ha elevado su morosidad al mismo tiempo que cobra más a los contribuyentes por retrasarse en sus pagos, una evidente doble de medir del Fisco.