Liga Endesa: FC Barcelona 68 - Real Madrid 74

El Real Madrid se proclama campeón de la Liga Endesa

Pablo Laso
Pablo Laso celebra la última Liga del Real Madrid en el Palau.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Real Madrid sumó su título número 35 en la Liga Endesa tras vencer al Barcelona en el cuarto partido de la final. Los blancos asaltaron el Palau Blaugrana para llevarse la final por un resultado de 3-1 con un partido espectacular de la dupla formada por Campazzo (15 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias) y Tavares (10 puntos y 13 rebotes, 9 de ellos ofensivos).

Los visitantes fueron netamente superiores a unos culés que tuvieron arrebatos, pero que a la hora de la verdad se quedaron sin gasolina en el último cuarto. Tavares hizo trizas la zona azulgrana con sus rebotes ofensivos, al tiempo que Campazzo lideró en la dirección de juego a los blancos a anotar un espectacular 11 de 29 en triples que supusieron la puntilla para los locales.

El partido comenzó con el Real Madrid intentando resolver el partido por la vía rápida. Los triples entraban a chorro a los pupilos de Pablo Laso y el Barça no sabía por donde le venían las dagas. Cuatro triples en cuatro minutos para establecer el 5-14 daban medida de unos blancos con un Rudy Fernández tremendo con tres aciertos desde la línea de 6,75.

Los locales veían que Heurtel no había bebido de la marmita de los puntos fácil y cuando menos se esperaba apareció Kevin Pangos para anotar ocho tantos en el primer periodo encabezando un parcial de 11-1 para reducir a la nada la ventaja blanca. Llull, en ese intervalo, tuvo una participación desacertada que obligó a Laso a tener que dar muchos minutos a un Campazzo que sí estaba a la altura de las expectativas.

El segundo cuarto se inició con un amago de duelo al sol entre dos francotiradores como Kuric y Carroll, pero las defensas empezaron a imponerse en ambos lados de la cancha para quizá dar el periodo más plomizo del encuentro con un 13-12 que cayó del lado blanco. Pesic sorprendió usando a lo más profundo de su banquillo con el objetivo de tener algo más de fuelle al final del partido. Sabía que con una rotación de ocho jugadores no iba a ningún lugar.

Tavares, factor diferencial

Tras el descanso, y con el Madrid cuatro arriba, los visitantes amargaron con irse alcanzando la decena de puntos de ventaja, pero el Barça tenía una vida extra de la mano de un Singleton que no transmite nada, pero que es superefectivo cuando detecta una mínima debilidad. Pero en un momento en el que los culés se veían con opciones a Pesic se le cruzó un cable con Heurtel –que no había anotado un punto en ese punto– dedicando un tiempo muerto a abroncar a su estrella. En el Madrid las luces de Causeur eran tapadas por los errores de Tavares debajo del aro llegando a no despegarse del todo.

El caboverdiano, sin embargo, se resarció en el último cuarto castigando al Barça en el rebote ofensivo hasta alcanzar las nueve capturas en el aro culé. Eran muchas vidas extras para un Madrid que conseguía mantener un enorme acierto en el porcentaje de tres puntos, al tiempo que las ideas del Barça se iban evaporando junto a su gasolina. Los blancos, con sólo mantener un buen nivel defensivo, tenían el partido en el bolsillo dejando al Barça sin anotar durante cuatro minutos en el periodo final.

El Madrid demostró en esos minutos finales la experiencia adquirida tras los varapalos que supusieron las derrotas en la Copa del Rey y en la Final Four de la Euroliga. Esta vez no se le escapó un título que sabe a gloria en la era Laso, que mantiene el dominio blanco establecido en la última década en el baloncesto español.

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