El Real Madrid da una lección a Estudiantes y se mete en semifinales

Estudiantes engañó a casi todos con su pasión y la extramotivación que les llevó a vencer al Real Madrid en Liga ACB y a su clasificación posterior –y como invitado– para la Copa. Los colegiales no están para pelear con los mejores y el dominador de España y Europa dio buena cuenta de ellos (94-63) con una clase de baloncesto de 40 minutos que fue recompensada con un pase a semifinales. Con Deck, Campazzo y Ayón como guías de la legión madridista, los vigentes subcampeones avanzan en el torneo del K.O. y ya vislumbran su duelo frente a Joventut como uno más en busca de su objetivo de recuperar el trono copero.

El ambiente era inmejorable y las aficiones de ambos equipos daban color a un partido con cuentas pendientes y en el que el Madrid, a pesar de la última derrota liguera en duelo directo, era claro favorito. Estudiantes, cenicienta del cuadro y clasificada por su condición de segundo mejor anfitrión, intentaría la machada ante un equipo blanco con todos menos Thompkins –incluido Llull-, a disposición de la pizarra de Laso.

El showtime del Palacio no cambia por aquello de que el Madrid pierda su condición absoluta de local en la Copa. Si Campazzo está a los mandos y Ayón en su versión de grandes noches europeas, el Real no necesita de Llull , Rudy ni Thompkins para levantar un pabellón con su juego ofensivo casi perfecto. Ni siquiera la última palabra resultaba exagerada. Con ocho minutos jugados, los de Laso sólo habían fallado un tiro y habían minimizado un comienzo notable de Estudiantes, quien tras el primer bajón merengue maquillaba en el final del primer cuarto.

La historia del partido se resumía en dos francotiradores activados por el contrario y muy, muy acertados. El Madrid sabía lo que tenía que hacer si quería llevarse el partido de forma asequible y se pusieron manos a la obra nada más comenzar el segundo cuarto. La defensa comenzó a imponerse en el aro madridista, provocando la práctica anulación de las estrellas ofensivas de Estudiantes, estrelladas contra un muro liderado por el gigante Tavares, al que no le hizo falta incidir en la ofensiva para adquirir su cuota de importancia en el encuentro.

Un parcial de 16-4 hizo despegar al Madrid y devolvió a la realidad a Estudiantes, cuyas ideas tenían que regresar a las del inicio para volver a competir de tú a tú con la ofensiva del equipo blanco. Laso había tirado ya de Llull, ovación mediante, pero ni la peor versión del ’23’, frustrado y animado por sus compañeros desde el banquillo, hizo que los blancos frenaran el pistón antes del descanso.

Estudiantes clamaba por una pequeña relajación del Madrid tras el descanso para regresar al partido, pero lo que encontró fue una bofetada de realidad con el regreso de la primera unidad merengue. Campazzo, Ayón y compañía contaban sus ataques por canastas, asomándose peligrosamente a una barrera de 30 puntos que daría el partido por finiquitado.

Deck y Ayón acaban con el partido

La tensión se había marchado del partido y aparentemente para no volver, algo que aprovechó Gabriel Deck, uno de esos que nunca baja la guardia, para seguir sumando números en su mejor partido como madridista. Ya lo dijo él mismo, se ha adaptado a la perfección al sistema de Laso. Mientras, Herreros y Sánchez sonríen al apuntarse un punto más en el mercado. El Tortuga será una estrella, aunque aún no sabemos si del nivel de Gustavo Ayón, de nuevo MVP en un partido esta temporada y que a sus 33 años parece vivir una segunda juventud que le sostiene entre los mejores jugadores de Europa.

Ya inmersos en el último cuarto y sin demasiado partido que contar, las aficiones tomaron protagonismo con las habituales provocaciones del virtual ganador a los grandes derrotados del día. Laso no cesaba en su empeño de tener a todos los jugadores metidos y dio entrada a Prepelic y Causeur, inéditos hasta el momento, y Tavares y Felipe sumando sensaciones por dentro. Todo el pescado estaba vendido. El Real Madrid directo a semifinales con sobresaliente y Estudiantes a casa y con mucho por mejorar.