Champions League 2020

El protocolo de la UEFA garantiza la disputa de una Champions sin ‘plan B’

La UEFA no tiene preparado ningún plan B para la Champions League de empeorar la situación en Lisboa, epicentro de la fase final del torneo entre el 12 y el 23 de agosto para los cuartos, semifinales y final

Ceferin
Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA.

A apenas horas de que se reanude la Champions League en este formato a partido único y con Lisboa como sede del torneo, los planes de la UEFA se mantienen igual que hace unos meses. Hay plena confianza por parte del ente futbolístico de que nada va ir mal, de ahí que se hayan mantenido férreos en su postura: no han planificado plan B.

«No hay razón para planificar un plan B», decían allá por junio desde la UEFA con respecto a la situación sanitaria a tenor de la evolución de la pandemia en las calles lusas. El escenario de esta fase final de la Champions será Lisboa, punto de mayor contagio en Portugal en los últimos días, aunque los casos positivos parecen controlados y no superan en la ciudad los 200 diarios, sino cifras que oscilan la centena. Hay control con la curva.

La comunicación entre la UEFA, la Federación de Fútbol portuguesa y las instituciones locales ha sido constante y nada hace presagiar que la situación pueda descontrolarse en el país vecino ya que la curva parece atenuada. Pese a ello, en un ente de la magnitud de la UEFA, con la quiebra que supondría la no celebración del máximo torneo europeo, sorprenden que no se hayan tomado medidas que aseguren la disputa en otra ubicación.

«ENo hay razón para planificar un plan B. Estamos recibiendo información de la situación a diario y nos adaptaremos cuando llegue el momento si es necesario hacerlo», decían desde la UEFA a AFP, situación que no parece haber cambiado a día de hoy como siguen remitiendo desde el organismo futbolístico.

El protocolo como seguro

La UEFA tiene plena confianza en que nada irá mal. De hecho tiene fe ciega en que el protocolo que han diseñado y que ya han dado a conocer no tiene fisuras. La burbuja que han diseñado tiene unas pautas muy claras y garantizarán que no haya riesgos ni positivos. De hecho, antes de pisar suelo luso, concretamente dos días antes, todos los clubes deben certificar que su expedición al completo está libre de Covid-19.

Una vez en Lisboa lo primero, los test. El laboratorio SYNLAB será el encargado de ejecutar los PCR antes de los partidos a plantilla, cuerpo técnico y empleados de cada club. Una vez en el estadio, la UEFA comunica que las zonas comunes o uso compartido estarán prohibidas como saunas o jacuzzis. Además, exigen que las botellas de agua de los jugadores sean de uso individual y no compartido, así como las habituales medidas de seguridad como el distanciamiento y desinfección en los banquillos o el propio balón de juego.

Entre otras medidas, la competición obliga a los clubes a tener disponible siempre un mínimo de 13 jugadores de su Lista A inscrita. De no ser así, la UEFA permite que pudieran llegar jugadores a posteriori siempre y cuando estos estuvieran inscritos en sus respectivas competiciones nacionales –aquí destaca el caso de Braithwaite con el Barça–. El organismo europeo se guarda la opción de aplazar algún encuentro si se dan casos de positivos en alguno de los clubes implicados.

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