El número uno español no dio opción a su rival (6-1, 6-2) y se prepara para el dobles

Nadal aplasta a Schwartzmann y salva el primer match ball para España

Rafael Nadal acudió de nuevo al rescate de España y se impuso en su individual a Diego Schwartzmann (6-1, 6-2) en dos cómodos sets, para aplazar la decisión final de quién se clasificará a semifinales de la Copa Davis al dobles.

Nadal
Nadal celebra un punto. (Alberto Simón)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

España sigue viva en la Copa Davis después de atravesar una situación límite. Tener en tus filas a uno de los mejores jugadores de la historia, inspirado y con la afición de su lado, convierte en algo cercano a un imposible la derrota, al menos por la vía rápida. La suerte de España se llama Rafael Nadal, y una vez más, y van 28 seguidas, el número uno del mundo salió a un encuentro a defender los colores de su país y se retiró, rato después con la satisfacción del primer deber realizado a la perfección.

Su víctima en la noche del viernes, Diego Schwartzmann, no pudo ni toserle, porque Rafa tenía prisa, sabía que Carreño había perdido y tendría que jugar dos encuentros si quería regresar el sábado y luchar junto a su equipo por un puesto en la final. Nadal puso toda la carne en el asador y barrió a su rival (6-1, 6-2) en dos cómodos sets, tras los cuales regresó al vestuario en busca de su segunda batalla del día. Ni siquiera hubo emoción, ya habría tiempo para ello en el dobles.

Nadal venía sacando de forma notable en el torneo, pero como él mismo reconocía, le faltaba un poco en todo lo demás. La derecha no alcanzaba el efecto deseado, ni el revés las direcciones, pero ambos golpes, sin abandonar la inspiración al servicio y unas piernas que son sello histórico en su tenis, llegaron también a su tope hasta llegar a la sublimación del tenis del mejor jugador de la actualidad. O lo que es lo mismo, un 6-1 en un abrir y cerrar de ojos que sorprendió hasta a los más optimistas con la remontada.

A pesar de la paliza hay que hablar de Schwartzman. El argentino es un gran tenista, que sería mucho más de contar con algunos centímetros más en su físico, pero este, precisamente le penaliza y mucho en el saque. El Peque apenas llega a los 170 centímetros, lo que le convierte en un suculento regalo para sus rivales en partidos igualados, o en cualquier partido en el caso de Rafa, uno de los mejores de todos los tiempos cuando el que saca es el contrincante.

Sumando la eficacia al resto y un acierto descomunal al servicio a una ecuación en la que también se encontraban el físico, la inspiración y el orgullo español de Nadal, huelga decir que el encuentro no tuvo demasiada historia ni tampoco duración. Rafa, uno de los miembros de privilegio del circuito que más se extiende en sus duelos, por tipología de juego, acabó con su rival en apenas una hora. La misión de Nadal consistía en esta ocasión en dos partidos, y el primero ya estaba solventado con exhibición.

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