PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 9

Munuera Montero rescata al Atlético

El árbitro acierta al desacreditar al VAR en el área del Atlético y pitar penalti en el área donostiarra

Quinta victoria consecutiva del Atlético, 14ª seguida en su estadio

Lino marca su primer gol y empieza a hacer olvidar a Carrasco

Atlético, Real Sociedad, Liga EA Sports, Munuera Montero
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

Munuera Montero rescata al Atlético dejando sin sanción en el área rojiblanca unas manos de Morata y castigando con penalti otras de Carlos Fernández en la zona caliente donostiarra. Las decisiones arbitrales marcaron un partido frenético que los de Simeone debían haber resuelto mucho antes, pero que se complicaron con un grave error defensivo. Quinta victoria consecutiva del equipo, que se va al parón en plena forma, y decimocuarto triunfo seguido en el Metropolitano.

Va a haber mucho ruido, pero lo cierto es que el árbitro acertó por completo. Primero desacreditando a Prieto Iglesias, que desde la sala VOR interpretó como penalti una acción en la que Morata claramente se aparta, y luego tomando la iniciativa de irse a los once metros en la acción de Carlos Fernández, que se interpuso entre el disparo de Griezmann en el área y el gol. Puede haber mucha polémica, pero Munuera dio en el clavo.

Catorce segundos tardó el partido en alterarse en una acción de ataque de la Real que acabó con el balón dentro de la portería de Oblak tras un autogol de Hermoso. El estadio se quedó en silencio, pero la acción partió de un fuera de juego previo de Barrenetxea. No pasó nada, pero sirvió para que los donostiarras marcaran el territorio y le transmitieran al Atlético su intención de presentarles batalla. Tampoco era ninguna sorpresa, vista su trayectoria en el Campeonato.

Consciente de la necesidad de ahorrar esfuerzos, Simeone aceptó de buen grado que su enemigo acaparara el balón y le permitiera correr al contragolpe. Griezmann dio un paso hacia atrás, dejó a Morata solo arriba y el equipo se agrupó en pocos metros listo para aprovechar la oportunidad en cuanto pudiera robar el balón. A los 17 minutos la tuvo De Paul, pero anduvo lento en el borde del área tras recibir de Lino y llegó tarde al disparo.

A la primera no llegó, pero sí a la segunda. Y fue un golazo. A los 22 minutos Koke sacó un conejo del sombrero y le entregó a Lino un pase maravilloso que el brasileño mejoró con un control descomunal que le dejó solo ante Remiro, al que batió con un disparo raso en el primer palo. Es el primer acierto del sustituto de Carrasco, pero con absoluta seguridad que no será ni mucho menos el último.

De repente el Atlético se encontró con lo que había venido a buscar, un partido en el que no se viera obligado a remar contra corriente y pudiera administrar su ventaja. La Real no se esperaba este escenario y bajó en picado su rendimiento mientras Imanol trataba en vano en la banda de volver a activarles. La consecuencia fue que el 2-0 rondó en varias ocasiones, especialmente en una acción de estrategia maravillosa que De Paul mandó al poste ante la desesperación de Simeone, que ya había empezado a cantar el gol.

La primera parte acabó cerca de Oblak porque el esloveno, que es tan bueno con las manos como malo con los pies, estuvo a punto de comprar las papeletas de un penalti en una acción ante Kubo que él mismo se encargó de complicar. No pasó nada, pero el Atlético le entró pánico y echó el freno con el objetivo de que el botín que había conseguido no se le escurriera de entre las manos. El primer acto se cerró con un cabezazo alto de Oyarzábal.

Simeone le sacudió el miedo a sus futbolistas y les pidió que salieran con el cuchillo entre los dientes a la vuelta del vestuario. Así fue, y en el primer minuto un falta botada por Griezmann desde la izquierda pasó por entre toda la defensa donostiarra y llegó al segundo palo a Witsel, que remató a la base del poste para abortar por segunda vez un 2-0 que el Atlético llevaba ya mereciéndose durante bastante tiempo.

Griezmann estuvo a punto de provocar el segundo gol en una acción por banda izquierda que Zubimendi cortó in extremis, pero la Real Sociedad también enseñó las uñas a los 63 minutos, en un disparo tremendo de Oyarzabal desde fuera del área al poste, en la primera llegada seria de los donostiarras en toda la tarde. Imanol advirtió que podía haber llegado su momento y empezó a mover piezas. Tres cambios de golpe y Kubo, desaparecido en combate, camino del banquillo.

El relevo le dio resultado a la Real Sociedad, que no dejó de crecer hasta que encontró la recompensa, y que supo sobreponerse a la anomalía de que Munuera Montero desacreditara al VAR y dejara sin sanción lo que desde la sala VOR se entendía penalti por mano de Morata en el área. A los 73 minutos el Atlético basculó horrible en defensa tras una pérdida de balón y Carlos Fernández habilitó a Oyarzabal, que se marchó solo ante Oblak para batirle con facilidad. Incomprensible error de un equipo que, con ventaja en el marcador, no podía permitirse semejante desajuste.

El 1-1 abrió por completo el partido. La Real se sintió ganadora y se fue arriba, pero al Atlético aún le quedaba oxígeno. Riquelme obligó a intervenir a Remiro, Oyarzabal volvió a intentarlo desde lejos y, por fin, a Griezmann le cayó un balón en el área y su remate lo tocó desde el suelo con la mano Carlos Fernández. Munuera Montero no lo dudó y se fue a los once metros porque esta vez el disparo del francés iba directo a portería. El principito tomó la responsabilidad y ejecutó el castigo con maestría para darle al equipo una victoria agónica pero importantísima.

 

 

 

 

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