El Barcelona gana en Girona con dos goles en propia puerta
El Barcelona no está necesitando mostrar su mejor versión para sacar adelante los partidos. Como sucediera en otros duelos como ante Alavés o Getafe, el conjunto culé se impuso con la ley del mínimo esfuerzo y sumó su sexta victoria en Liga. Esta vez la víctima de los culés fue el Girona, que no mostró oposición contra el bloque de Valverde que venció (0-3) gracias a dos goles en propia puerta y otro tanto de Luis Suárez.
Y es que este duelo estuvo más centrado en lo político que en el balón. Al menos en la previa. Cataluña vive días convulsos y algunos corrieron el rumor de una posible invasión de campo en el minuto 17 de partido como protesta independentista. Una buena parte de España estuvo pendiente de tal situación pero al final el fútbol acabó siendo protagonista. Todo quedó en un amago. Se escucharon algunos cánticos como en el Camp Nou y, como suele ser habitual, hubo esteladas en la grada pero nada más.
Había que centrarse en el balón porque al fin y al cabo el primer Girona-Barcelona de la historia en Primera merecía la pena. Pensando en la Champions y ante la saturación de minutos de la cuesta de septiembre, Ernesto Valverde tiró de rotaciones y dio descanso a Busquets y Piqué. Esta anécdota tiene menos valor cuando sobre el campo estaba un Leo Messi que había llevado al Barcelona al pleno de victorias en los primeros cinco partidos de Liga.
Como era de esperar, el Barcelona fue protagonista desde el inicio con el balón y la estrategia del Girona era clara: defender bien con constantes ayudas y encomendarse a una contra milagrosa buscando la velocidad a la contra de un Mascherano que vivió días mejores. Todo eso y frenar a Messi. Para ello, Pablo Machín se olvidó de las posibles críticas y puso a Pablo Maffeo a perseguir al argentino por todo el terreno de juego. Marcaje al hombre, como en los 80.
Gol en propia puerta
El Barcelona mandaba con el balón pero la primera la tuvo el Girona. Aleix Garcia lo intentó desde lejos provocando la clásica primera ocasión para enervar a las masas. Pero los locales también tuvieron la segunda. Esto ya no era casualidad. Douglas Luiz obligó a Ter Stegen a realizar una buena parada con un buen disparo que a punto estuvo de colarse dentro de la portería. Había partido. El Girona no sólo estaba en el campo para pedir camisetas.
Parecía que el Barcelona no lo iba a tener fácil pero no tardó en aparecer Messi. Primero tiró una falta de forma magistral que desvió Gorka a córner y después la puso para que Jordi Alba engatillara un balón que acabó dentro de la red. La bola tocó en el capitán Aday y se coló mansamente dentro de la portería local con algo de fortuna. Este Barcelona de Valverde volvía a tener luz.
Ahí el Girona bajó los brazos y el Barcelona, que no veía el peligro por ningún nada, especuló y guardó fuerzas para futuras guerras. Esto se tradujo en un partido plomizo y sin ningún atractivo que presagiaba una victoria fácil mientras el conjunto local creía en el milagro con el 0-1 que se reflejaba en el marcador cuando llegó el descanso.
El Barcelona sentencia con fortuna
Dos minutos tardó el Barcelona en sentenciar el partido. Y también lo hizo con fortuna. Aleix Vidal realizó una buena jugada por la banda derecha, la puso a Luis Suárez para que rematara de tacón e Iraizoz introdujo el balón en su portería. 0-2 y dos tantos en propia puerta. El equipo de Valverde no brillaba pero estaba sacando otro partido adelante.
Y sí con el 0-1 el Barcelona había desconectado del partido, con el segundo tanto puso la mente en Lisboa de forma definitiva. Ahí el Girona tiró de orgullo para intentar animar el partido pero Ter Stegen volvió a salvar al conjunto culé cuando más lo necesitaba. Como es normal, en muchas ocasiones se recurre a la palabra Messi cuando se habla de marcar la diferencia pero el meta alemán siempre actúa de forma sobresaliente cuando la situación lo requiere. Eso distingue a un portero normal de uno de talla mundial. Y éste lo es.
La forma en la que se produjo el segundo gol dejó una cuenta pendiente a un Luis Suárez que estaba necesitado de goles. El delantero uruguayo dijo adiós a la ansiedad haciendo el tercero tras definir de 10 ante Iraizoz después de haber recibido un buen pase de Sergi Roberto. Con el partido sentenciado, Messi buscó su gol número diez en Liga pero su falta en el último minuto se fue alta. Este fue el último acto de fe de un Barcelona que no necesitó mostrar su mejor versión para cumplir con el expediente en Girona. Simplemente le bastó con dos goles en propia puerta.