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Fin del debate: éstas son las frutas que debes guardar en la nevera y las que no

Frutas
Frutas.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Las frutas y verduras son alimentos muy nutritivos que deben formar parte de la dieta de mayores y pequeños. Ahora bien, es importante tener en cuenta que contener bacterias o residuos de tratamientos agrícolas, por lo que es crucial limpiarlos adecuadamente antes de consumirlos. Se recomienda lavar las frutas y verduras justo antes de comerlas y no dejarlas en remojo para evitar la contaminación cruzada. Asimismo, es esencial frotar la superficie de frutas y vegetales con piel firme, como manzanas y calabacines, para eliminar más residuos, tal y como recomiendan los expertos.

Para conservar el sabor y la frescura de frutas y verduras, es fundamental almacenarlas correctamente. Las frutas y verduras que requieren refrigeración se deben guardar en bolsas de plástico perforadas en los cajones menos fríos de la nevera; separar frutas y verduras ayuda a evitar que el etileno producido por algunas frutas dañe a las verduras. Una de las principales recomendaciones de los expertos es sacar de la nevera las frutas y verduras un rato antes de comerlas para disfrutar de su mejor sabor y textura. Por otro lado, algunas frutas se deben mantener a temperatura ambiente para evitar que el frío afecte sus propiedades. En este caso, hay que guardarlas en un lugar fresco y oscuro en un recipiente ventilado para evitar la acumulación de CO2. Para acelerar la maduración, puedes añadir una manzana madura al contenedor, preferiblemente de alguna variedad que no produzca mucho etileno.

¿Dónde guardar las frutas?

Algunas frutas requieren refrigeración para mantener su frescura y prolongar su vida útil. Por ejemplo, las uvas se deben guardar en la nevera para evitar que el azúcar se convierta en etanol, lo cual acelera su descomposición. Los frutos rojos, como las fresas, moras y arándanos, también se conservan mejor en el frío, ya que previene su deterioro.

Los frutos rojos se deben guardar en un tupper con papel absorbente en la base para controlar la humedad, mientras que las manzanas deberían colocarse en el cajón para frutas, lejos de otras frutas que producen etileno, como los plátanos, para evitar una maduración acelerada.

En el caso de las manzanas, si no se van a comer en una semana, es recomendable almacenarlas en la nevera para mantener su frescura. Para almacenar las uvas, es ideal utilizar un recipiente hermético que prevenga la absorción de olores de otros alimentos.

Sin embargo, no todas las frutas se benefician de la refrigeración. Algunas, como los plátanos, se deben mantener fuera de la nevera. El frío puede interferir con su maduración natural y volverlos harinosos. Para los plátanos, es conveniente colocarlos en un frutero a temperatura ambiente, evitando la luz solar directa.

Los tomates, a pesar de ser frutas desde el punto de vista botánico, también se deben guardar fuera del frigorífico para conservar su sabor y textura. Lo ideal es almacenarlos en una cesta en la cocina. Finalmente, los cítricos, como limones y naranjas, se mantienen mejor fuera del refrigerador, en un lugar fresco y seco, para preservar su sabor y frescura.

Beneficios de los arándanos antes de las comidas

Un estudio innovador de la Universidad de Valparaíso ha demostrado que los arándanos frescos ofrecen beneficios significativos en el control de la glucosa en personas jóvenes y sedentarias. Realizado por Ximena Palma y Samanta Thomas de la Escuela de Nutrición y Dietética, junto al Dr. Gonzalo Cruz del Centro de Neurobiología y Fisiopatología Integrativa (CENFI), el estudio se centró en el impacto de los arándanos frescos en el manejo de la glucosa postprandial (después de las comidas) y sus propiedades antioxidantes.

Publicado en la revista Nutrients, la investigación subraya que los arándanos son ricos en polifenoles, compuestos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estos polifenoles ayudan a bloquear las enzimas digestivas, alteran la microbiota gastrointestinal y modulan la liberación de hormonas para regular la insulina y el manejo de la glucosa. El estudio comparó los efectos de consumir arándanos frescos de forma aguda y como suplementación durante seis días en diez sujetos sedentarios.

Ximena Palma enfatiza la importancia de usar alimentos naturales en lugar de extractos, concentrados o suplementos, para aprovechar al máximo los beneficios de los compuestos presentes en los alimentos frescos. Los resultados mostraron que una sola porción de arándanos frescos mejora el control de la glucosa postprandial, y la suplementación continua aumenta la sensibilidad a la insulina, probablemente debido a sus antioxidantes y efectos antiinflamatorios.

Por su parte, el doctor Cruz señala que los polifenoles en los arándanos pueden bloquear las enzimas que digieren los carbohidratos, ayudando a controlar la glucemia. Recomienda consumir arándanos antes o junto con carbohidratos para reducir el aumento de glucosa después de comidas. El estudio demostró que una porción de 150 gramos de arándanos disminuye el área bajo la curva de glucosa postprandial y aumenta la secreción de insulina en 15 minutos, lo que indica una respuesta aguda favorable en el control glicémico.

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