Vinculan los productos de origen vegetal con menor riesgo de demencia
La furoilglicina y la metilantina, biomarcadores del consumo de café y cacao, presentaban un perfil protector, mientras que la sacarina, derivada del consumo de edulcorantes artificiales se asocia a un rol perjudicial
Un mayor consumo de frutas, verduras y alimentos de origen vegetal podrían ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo
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Un estudio elaborado por equipos de la Universitat de Barcelona (UB) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento (Ciberfes) ha revelado que una dieta rica en productos de origen vegetal disminuye el riesgo de sufrir deterioro cognitivo y demencia en las personas mayores.
Los resultados muestran una asociación protectora entre los metabolitos derivados del cacao, el café, las setas y el vino tinto, el metabolismo microbiano de los alimentos ricos en polifenoles -manzana, cacao, té verde, arándanos, naranjas o granadas- y el deterioro cognitivo en personas mayores, han detallado la UB y el Ciberfes en un comunicado, informa EP.
Publicado en la revista Molecular Nutrition and Food Research, el estudio se ha llevado a cabo durante doce años con 842 personas de más de 65 años de las regiones de Burdeos y Dijon (Francia) y se enmarca en la Iniciativa de Programación Conjunta «Una dieta sana para una vida sana».
La catedrática y jefa del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la UB y del Ciberfes, Cristina Andrés-Lacueva, ha explicado que la furoilglicina y la metilantina, biomarcadores del consumo de café y cacao, «presentaban un perfil protector, mientras que la sacarina -derivada del consumo de edulcorantes artificiales- se asocia a un rol perjudicial».
Para la catedrática de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación y miembro del Instituto de Neurociencias (UBNeuro) de la UB, Mercè Pallàs, el estudio de la relación entre el deterioro cognitivo, el metabolismo de la microbiota y el de los alimentos y el metabolismo endógeno es imprescindible para elaborar estrategias preventivas y terapéuticas que ayuden a cuidar la salud cognitiva.
Cambios en la alimentación
Los cambios en el estilo de vida y en la alimentación resultan «decisivos» como estrategia para prevenir el deterioro cognitivo y su progresión en enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer y otras demencias.
De hecho, Andrés-Lacueva ha asegurado que un mayor consumo de frutas, verduras y alimentos de origen vegetal proporciona polifenoles y otros compuestos bioactivos que «podrían ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo debido a la edad avanzada».