Exigen ampliar los criterios de acceso a la PrEP: el fármaco que previene el contagio de VIH
Hoy día aún no está claro si el uso de PrEP contribuye al aumento de las ITS
Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
El Grupo de Estudio del sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (GeSIDA) ha recomendado a las administraciones competentes que contemplen ampliar los criterios de acceso a la profilaxis pre-exposición al VIH (PrEP) y proporcionar este tratamiento preventivo a más personas.
Así lo ha planteado GeSIDA con motivo del quinto aniversario de la incorporación de la PrEP a la cartera básica del Sistema Nacional de Salud (SNS). Con ello, pretenden beneficiar, por ejemplo, a aquellas personas que hayan sido diagnosticadas de hepatitis C o a quienes en el momento de la evaluación del riesgo no presentan ninguno de estos criterios, pero que manifiestan un cambio de situación en un futuro inmediato, como sería dejar de utilizar el preservativo de forma sistemática.
A fin de facilitar el acceso a la PrEP, cuya pauta se basa en medicamentos de dispensación hospitalaria, desde GeSIDA también se ha planteado acercar dicho tratamiento desde las farmacias hospitalarias a los dispositivos asistenciales que atienden a estos usuarios: las clínicas de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) u otros centros extrahospitalarios, como los centros de Atención Primaria o los centros comunitarios.
Para que sea posible esta propuesta, GeSIDA ha señalado que debe dotarse a las unidades hospitalarias y extrahospitalarias de personal y recursos suficientes para que puedan atender de modo adecuado la demanda y el seguimiento de los usuarios, y reducir las listas de espera de acceso a la PrEP.
Desde este Grupo de Estudio también se destaca la importancia de hacer un correcto seguimiento de las personas que deban recibir PrEP, que contemple la realización de una historia clínica completa que incluya hábitos tóxicos y conducta sexual; evaluación analítica antes de la prescripción; realización de cribado completo de otras ITS; enfatizar la importancia de una correcta adherencia terapéutica; iniciar vacunación de hepatitis A y B y VPH en los casos que lo precisen; valorar la tolerancia de la medicación y los posibles efectos adversos; así como reevaluar periódicamente la indicación de continuar la PrEP.
ITS más allá del VIH
A diferencia de lo sucedido con el VIH, los diagnósticos de ITS han ido en aumento en las últimas dos décadas, especialmente gonococia, clamidiasis y sífilis, y más recientemente hepatitis C en la población de hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH). La presidenta del Grupo de Estudio, Rosario Palacios, ha insistido en que «la PrEP forme parte de un programa que incluya, además, una combinación de medidas como la promoción del uso del preservativo, la educación sexoafectiva, la evaluación del consumo de sustancias, la detección y tratamiento precoces de las ITS y la actualización de las vacunas recomendadas».
Hoy día aún no está claro si el uso de PrEP contribuye al aumento de las ITS, han apuntado desde el Grupo. Por ejemplo, en un estudio realizado en diversos centros proveedores de PrEP en España, no se detectó un aumento significativo de algunas ITS como gonococia, clamidiasis y sífilis.
Pese a la discordancia de resultados en diferentes estudios respecto al posible aumento de incidencia de las ITS en usuarios de PrEP, el cribado de ITS sistemático permite detectar y tratar de manera precoz otras ITS, pudiendo reducir la transmisión de éstas. Es por ello por lo que desde GeSIDA se recomienda cribado para sífilis, clamidiasis y gonococia cada tres o seis meses, así como el cribado de la hepatitis C cada 6-12 meses, en función del riesgo de cada persona.