Dra. Iglesias: «Hay que animar a los pacientes con cáncer de cabeza y cuello a salir y relacionarse”
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El 10 de diciembre se celebra el Día Nacional del Cáncer de Cabeza y Cuello que según datos Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) es el séptimo cáncer más diagnosticado en nuestro entorno, con una estimación de 12.500 nuevos casos en España en 2023. Representa un desafío significativo en la salud global, según SEOM ya que afecta a diversas áreas anatómicas como son la boca, la garganta, las glándulas salivales y la laringe.
En el marco de la concienciación y la lucha contra el cáncer de cabeza y cuello, se conmemora este Día Nacional de esta enfermedad y se llevan a cabo diversas iniciativas para destacar la importancia de la prevención, detección temprana y tratamiento efectivo. Una de estas iniciativas es la campaña «Bufandas Azules» impulsada por la compañía de ciencia y tecnología Merck que nace para generar una mayor concienciación social sobre este tipo de cáncer, sus síntomas y factores de riesgo para una detección precoz.
En el marco de esta celebración OKSALUD entrevista entrevista a la médico oncóloga del Hospital 12 de Octubre, la doctora Lara Iglesias que nos explica la importancia de estas iniciativas y la manera en que podemos ayudar entre todos a mejorar la calidad de vida de las personas que padecen este tipo de cáncer.
PREGUNTA.- El cáncer de cabeza y cuello a menudo lleva consigo tabúes sociales. ¿Cómo abordar este aspecto y qué papel juega la educación pública en la eliminación de estigmas asociados a esta enfermedad?
RESPUESTA.- Debido a las partes del cuerpo a las que afecta, el cáncer de cabeza y cuello arrastra muchos estigmas. Afecta a la hora de hablar, de comer, o de beber, y es a través de estas zonas por las que principalmente socializamos. Por ello, los pacientes de este tipo de cáncer tienden a recluirse y ocultarse. En algunos casos, además, hace falta realizar una traqueostomía, lo que provoca un cambio en la voz y dificulta el manejo de las secreciones. Todo esto lleva a los pacientes a sentir vergüenza y a retraerse. Y también a la necesidad de contar con ayuda de sus cuidadores o familiares.
Es fundamental conocer esta realidad, incluso entre los médicos. Algunas veces sucede entre el personal sanitario, que no trabaja en el ámbito del cáncer de cabeza y cuello, que temen no entender bien a estos pacientes y a no poder cubrir correctamente sus necesidades. Los profesionales que trabajamos con pacientes con cáncer de cabeza y cuello aprendemos de voces distintas y a tener la paciencia de esperar a que el paciente, si lo necesita, escriba para comunicarse. A nivel público, si la sociedad viera esta realidad, perdería el miedo y el prejuicio para con estos pacientes.
Animando a los pacientes a salir, a relacionarse, se ayudará a acabar con esos estigmas. Solo de ese modo, la manera en la que se relacionan con los demás llegará a ser natural. En cuanto a la educación pública, es fundamental dar a conocer este tipo de cáncer, y normalizar, en la medida de lo posible, las consecuencias físicas del mismo, para que estos pacientes, a la hora de reincorporarse a su vida normal, puedan seguir adelante con naturalidad.
P.- ¿Cuáles son los síntomas clave que las personas deben estar atentas para detectar el cáncer de cabeza y cuello en sus etapas iniciales?
R.- Los síntomas son muy comunes y todos los hemos tenido alguna vez; la diferencia está en la duración. Por ejemplo; tener una llaga en la boca, tener la voz ronca, tener alguna dificultad al tragar, un bulto anormal en el cuello; todos estos síntomas son normales, pero si su duración supera las dos semanas, entonces son un motivo de consulta con el especialista.
P.- La prevención es fundamental en la lucha contra el cáncer. ¿Cuáles son algunas medidas que las personas pueden tomar para reducir su riesgo de desarrollar cáncer de cabeza y cuello?
R.- Los principales factores que producen el cáncer de cabeza y cuello son el tabaco, el alcohol y el virus del papiloma humano (VPH), que es la infección de transmisión sexual más frecuente y prevalente en nuestra sociedad, que aumenta el riesgo de padecer cáncer de orofaringe. Con respecto a esto último, utilizar métodos de profilácticos durante las relaciones, o incluso la vacuna, son métodos de prevención efectivos.
P.- ¿Cómo afecta emocionalmente a los pacientes recibir un diagnóstico de cáncer de cabeza y cuello, y qué apoyo se les brinda en términos psicológicos y emocionales?
R.- Como cualquier tipo de cáncer, el primer miedo es fallecer debido a la enfermedad. Por suerte, la mayoría de los pacientes que diagnosticamos, están en un estado no metastásico y se pueden curar. El segundo miedo es a las secuelas; que afecte al habla, al comer o al poder respirar. Pero, sobre todo, en cuanto a las secuelas, el aspecto físico puede ser lo más duro. En una sociedad que alaba y rinde culto al aspecto, es difícil mantener ese nivel con esta patología.
La ayuda psicológica está disponible en todos los centros de atención oncológica, tanto públicos como privados. A veces la cubre la seguridad social, en forma de psicólogos; otras veces la Asociación Española Contra el Cáncer cubre áreas donde no llega la Seguridad Social; pero siempre habrá un psicólogo que puede ayudar. Y la ayuda no debe de ser solo al paciente, sino también al cuidador y familia del paciente.
P.- En el ámbito de la investigación, ¿existen áreas específicas que estén siendo exploradas con mayor énfasis en la actualidad para mejorar el pronóstico y los tratamientos?
R.- Se está investigando desde muchos puntos de vista. Las técnicas de radioterapia están mejorando para hacerse más precisas, la cirugía está avanzando hasta desarrollar abordajes más sencillos, que dejen menos secuelas y que haya una recuperación más rápida. También, se realizan unas reconstrucciones cada vez mejores en cuanto a funcionalidad y estética.
Y a nivel de tratamientos sistémicos, se están probando terapias nuevas como la inmunoterapia, las terapias dirigidas, además de la quimioterapia, que es la base con la que hemos estado trabajando hasta ahora. Se intenta que esos tratamientos se apliquen antes, y se realizan numerosos estudios para ver si aplicándolos en estadios más pequeños, conseguimos una tasa mayor de curación.
P.- ¿Cuál es la relevancia del Día Nacional del Cáncer de Cabeza y Cuello en la concientización y la lucha contra esta enfermedad? ¿Y de iniciativas como la de “Bufandas Azules» para visibilizarlo?
R.- Aumentar la visibilidad de esta patología es clave para trabajar en la concienciación de dicha enfermedad, y el marco de la celebración del Día Nacional del cáncer de cabeza y cuello ayuda a aumentar el conocimiento sobre este cáncer, las dificultades que enfrentan las personas que lo padecen, y los síntomas que debemos tener en consideración a la hora de prevenir su desarrollo.
La iniciativa «Bufandas Azules», impulsada por compañía Merck, es una iniciativa que nace para generar una mayor concienciación social sobre este tipo de cáncer pero también tiene el propósito de dar visibilidad a los pacientes para eliminar prejuicios y evitar el estigma social.
P.- ¿Cuál sería su mensaje para concientizar a la población sobre la importancia de la detección temprana y el apoyo continuo a la investigación en el ámbito del cáncer de cabeza y cuello?
R.- Lo primero es conocer esta enfermedad. Es el sexto cáncer en frecuencia en España, por lo que no es tan raro, y este año se cree que llegaremos a los 12.000 casos por año. Estos datos dejan claro que este es un cáncer que se debería conocer.
Aparte, de cara a intentar que el cáncer de cavidad oral se encuentre de forma más temprana; es muy importante recordar que todos tenemos asignado, en el Sistema Nacional de Salud, un odontólogo. Para algunos síntomas, como llagas, por ejemplo, que veamos que dure más de dos semanas, sería apropiado consultarlos con un odontólogo, ya que ellos tienen una mayor costumbre a visualizar y tratar con este tipo de lesiones y pueden delimitar posibles causas, delimitar muy bien las lesiones benignas de las malignas, y derivar de forma más rápida a un especialista. El resto de los síntomas se verían a través de un médico de familia.
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