Diez minutos para corregir la hipoglucemia con un implante
Un implante bajo la piel consigue recuperar niveles normales de glucosa
Aún se encuentra en fase de desarrollo

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Después de colocar un dispositivo implantable bajo la piel, un equipo de investigadores norteamericanos del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha conseguido elevar los niveles de glucosa cuando se produce el temido bajón (hipoglucemia). Y solamente han tardado diez minutos en hacer que se recupere la normalidad.
Para quienes viven con diabetes tipo 1, la hipoglucemia (niveles insuficientes de glucosa) son una amenaza constante. La hipoglucemia requiere atención médica inmediata, ya que el organismo se queda sin energía suficiente para llevar a cabo funciones vitales.
El tratamiento más frecuente para esta emergencia es administrar una inyección de una hormona, conocida como glucagón, que hace que el hígado libere glucosa para compensar el descenso excesivo.
Los ingenieros del MIT han desarrollado el dispositivo como una intervención «de rescate» cuando una persona no se da cuenta de que sus niveles de glucosa están bajando a niveles peligrosos. El implante lleva una reserva de glucagón bajo la piel, que se libera en situación de hipoglucemia. También podría resultar de utilidad si se produce un episodio en horas de sueño, o cuando el paciente es un niño demasiado pequeño para ponerse una inyección.
Daniel Anderson, profesor de ingeniería química del MIT y autor principal del estudio, ha explicado: «Este es un pequeño dispositivo de emergencia, que se coloca bajo la piel, donde está listo para actuar si la glucosa se reduce a niveles peligrosos».
También ha indicado que su objetivo era construir un implante que siempre estuviera a punto para proteger a los pacientes «porque sería una forma de contribuir a aliviar el miedo a la hipoglucemia que muchos pacientes -o sus padres- sufren».
Dando un paso más, los científicos han mostrado que el dispositivo puede usarse también para administrar epinefrina, un medicamento que se usa para tratar infartos y puede prevenir reacciones alérgicas graves, como el ‘shock anafiláctico’.
Siddharth Krishnan, profesor de la Universidad de Stanford, también ha participado en el diseño y ejecución del experimento, que se ha publicado en la revista científica Nature Biomedical Engineering, y en el cual figura como autor.
Una intervención «de rescate»
La mayoría de los pacientes con diabetes tipo 1 usan a diario inyecciones de insulina para ayudar a su cuerpo a metabolizar la glucosa y evitar niveles elevados en sangre. No obstante, el de la glucosa es un equilibrio delicado, ya que si baja demasiado, la hipoglucemia puede crear confusión mental, convulsiones e incluso poner en peligro la vida si no se trata con rapidez. Cuando está por encima de lo normal, puede causar daños importantes en diversos órganos, incluyendo corazón, riñones y ojos.
Para hacer frente a este riesgo, algunos pacientes llevan consigo jeringas precargadas de glucagón. El problema es que no siempre es fácil (sobre todo para los niños) saber cuándo están bajando los niveles de glucosa.
Anderson ha explicado que algunos pacientes sienten cuándo están ‘bajos de glucosa’, comen algo o bien se administran la inyección. Otros no lo perciben, y pasan directamente de un estado de confusión mental al coma diabético. Además, es posible que la hipoglucemia se presente mientras la persona duerme, y en esas circunstancias el dispositivo sería un salvavidas.
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