Todos los que estorban a Sánchez
En su primera refriega parlamentaria con Alberto Nuñez Feijóo, no puede afirmarse con justeza que Pedro Sánchez se desmintiera a sí mismo, hiciera algún propósito de comportarse como un primer ministro democrático y, finalmente, dejara de lado las obsesiones que le adornan. Sus ataques al nuevo jefe de la oposición son casi idénticos a las paqueiradas que vertía con el anterior presidente del Partido Popular.
Sin embargo, en esa intervención en la Cámara Alta o Senado –que bien vendría a los cuitados contribuyentes españoles si se suprimiera-, Sánchez llegó al insulto, el menosprecio y la injuria al calificar a la única alternativa de poder posible como «estorbo». ¿Sabe acaso el señor Sánchez que la oposición está justamente para oponerse al Gobierno? ¿Nadie dentro de esa pléyade botafumérica que le rodea le ha dicho nunca que la oposición está para presentar alternativas y criticar lo que el Ejecutivo propone y mejorar sus iniciativas? Lo de «estorbo» es algo difícil de encontrar en cualquier parlamento libre y democrático que se precie en nuestro entorno. Y no ha sido por casualidad ese agresivo apelativo propinado a Nuñez Feijóo y sus huestes. El presidente en su deriva de autócrata imparable lleva tiempo haciendo ver que son muchos los estorbos que le molestan y aún sacan de quicio.
Veamos algunos de esos «estorbos», utilizando el sin par y acreditado diccionario sanchista:
- Estorbo es la prensa libre. Ahí está su férreo control de RTVE, el asalto total al Grupo Prisa y la persecución sorda contra los profesionales que no le bailan el agua.
- La oposición o las oposiciones que ni por planteamientos ideológicos, presupuestos patrióticos o mera sensatez responsable puede cobijar una política manirrota, anticonstitucional en muchos casos, sectaria, incompetente técnicamente y caudillista.
- Las amas de casa airadas por la cesta de la compra, la general carestía de vida.
- Los trabajadores autónomos que apenas les llega el aire para abrir la persiana de sus pequeños negocios cada día.
- Los empresarios asfixiados por el aumento de la fiscalidad, la inseguridad jurídica y, en general, por los ataques gubernamentales que ponen en cuestión su labor económica y social en una sociedad que los necesita más que el aire que respiramos.
- Los que denuncian su corrupción (la que es manifiesta y la que se intuye), convertidos en bestias negras de su poder omnímodo.
- Las noticias que no le comparan con Churchill ó Willy Brandt.
- Los jueces independientes que no permanecen genuflexos cuando el poder sanchista/podemita trata de amedrentarlos.
- Los servidores armados del orden constitucional (Policía, CNI, Guardia Civil) que son cesados cuando no secundan las órdenes progubernamentales claramente contra el fuero.
- Los constitucionalistas vascos y catalanes que gritan la opresión social que sufren en los territorios que le son propios y le acusan de abandono total cuando no de persecución.
- Las víctimas del terrorismo que denuncian el horror que les produce que se abrace a herederos de ETA y rompedores del Estado.
Todos ellos, junto con Feijóo se han convertido en un «estorbo». Algunos de ellos son nuevos, cada día surge alguno, otros llevan mucho tiempo sufriendo las dentelladas del Leviatán.
PD: A la enumeración anterior hay que añadir ahora a Argelia cuyas autoridades han hecho lo que cualquier bachiller informado sabía que iban hacer: romper relaciones con España, entre ellas, las muy importantes comerciales y de paso preparar los cayucos para que sus naturales invadan las playas canarias. Demasiado para un sujeto tan ignorante, inútil como chulo. La gran patada la sufrirán el conjunto de los españoles…¡Y quiere continuar!