Un tirano de opereta
El Gobierno de coalición ¡revienta! y ningún ministro dimite. Gabriel Ramírez, aclara: «Pedro Sánchez está solo, acorralado, y su soberbia le impide ser consciente de ello, no se plantea convocar elecciones generales de inmediato». Que sería lo lógico. El demente insiste en arruinar y degradar a España. Como respira su ocaso, es más peligroso que nunca. La única solución que ve para seguir en Moncloa es someter a la gente de bien, que no admite abusos. La demencia le ha transformado en un tirano de opereta, en un ridículo títere que pocas personas aguantan, porque ni sus adeptos creen ya, en sus infinitas mentiras.
Menuda birria de presidente… fantoche, gafe, hortera, inculto, malvado y manirroto -por orden alfabético- nos tocó, en la tómbola de las amargas decepciones. Menudo traidor, que pactó con todos los enemigos de España para denigrar a nuestra gran nación, al Rey y a los españoles. El 28-M se abrirá la tumba del tirano de opereta y el 3-D asistiremos por fin, a su enterramiento definitivo. Pocos llorarán la desaparición del fantasma. Quizá, otro de su ralea, el tal Tezanos, acongojado de no dar una en sus pronósticos triunfalistas.
No aceptar la realidad siempre trae problemas, pero un psicópata, con afán de notoriedad, huye de ellos y se refugia en Doñana, donde recupera su sentimiento de omnipotencia, al cambiar compromisos por desplantes. Le da igual que la reforma del solo sí es sí, haga añicos la coalición, porque está de las histéricas de Podemos hasta los cojones. Y se la sopla que la bancada morada llame «zorra fascista» a Ana Oramas, insulto que exige dimisiones, pues sabe que el feminismo libertario, no da para más. Prefiere gozar de su última primavera en el Parque Nacional de Doñana viendo que las cosechas de los agricultores se pudren sin agua, mientras él la malgasta a placer. El tirano es así. Caprichoso y cruel.
Injusto y tramposo. Y amante, de los grandes récords. El último que ha conseguido, además de preocupante, es verdaderamente apoteósico: el «récord histórico de nuestra deuda pública»: ¡¡¡¡1,52 billones!!!!, según los datos, suministrados por el Banco de España. Tal es, el ruinoso legado que va a dejar a las nuevas generaciones de españoles este tirano de opereta, gran insensato, que aún sueña con que alguien le votará en los comicios venideros. Como no te vote Txapote, vas listo, pedazo de mendrugo narcisista.