El Rey subraya a los nuevos jueces la obligación de ser neutrales

No ha sido casual que el Rey Felipe haya incluido en tres párrafos de su intervención ante los nuevos jueces esta semana en Barcelona la imprescindible neutralidad que deben mantener a la hora de impartir Justicia. Al recuperar su presencia en el acto de entrega de los despachos a las 134 mujeres y 54 hombres que han entrado después de una dura preparación en la carrera judicial, el Jefe del Estado ha querido poner el acento en una condición indispensable para que los nuevos magistrados ejerzan su tarea de forma equilibrada: la imparcialidad. A los 188 nuevos jueces de la septuagésima promoción de la carrera judicial don Felipe les ha recordado la gran responsabilidad que han adquirido desde el momento que han tenido en sus manos el documento que acredita su capacitación para ejercer la judicatura. Desde que lo han recibido tienen que ser conscientes de la preparación integral, especializada y de altísima calidad alcanzada durante su preparación para formar parte de la judicatura.

El monarca ha recordado a los nuevos jueces que, como servidores públicos, tendrán que responder a las necesidades y problemas de los ciudadanos. Y para ello será imprescindible en una sociedad plenamente democrática como es la española, saber que la justicia sólo puede desarrollarse en paz y concordia si cuenta con un mecanismo independiente y neutral para la resolución de los conflictos. Para que quedase totalmente claro a los nuevos magistrados la importancia que el Rey Felipe da a ese punto, ha reafirmado a continuación, ante los 188 nuevos miembros de la carrera judicial, que es la Constitución la que señala la independencia y la neutralidad como herramientas de la misión que deben tener como principio de su actuación.

“La justicia se administra por medio de jueces y magistrados, integrantes del Poder Judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley” citó textualmente el artículo 117 de la Carta Magna don Felipe para que ese axioma quedara grabado para siempre en los nuevos administradores de justicia, en el acto solemne de recibir sus despachos. Tres veces, pues, fueron las ocasiones en las que el Rey quiso poner el foco en una premisa que quizá pensó que era preciso subrayar en estos tiempos políticos que corren en los que algunos jueces parecen olvidar su obligación de mantener la neutralidad en sus actuaciones profesionales. Cada día, los medios de comunicación cumplen con su obligación de denunciar la falta de imparcialidad de algunos magistrados que ponen por delante de su tarea su adscripción ideológica a la hora de dictar una sentencia.

De ahí, la triple mención del Jefe del Estado acerca de la importancia de la neutralidad e imparcialidad que deben presidir la actuación de los jueces siempre, por encima de cualquier otra consideración. No hay que olvidar que es potestad del monarca arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones, según afirma la Constitución. Y en ello está desde el principio de su reinado.