‘Agentes LGTBI’, la mamandurria ultrafeminista

Agentes LGTBI

Es una forma como otra cualquiera de llevárselo crudo: la Diputación socialista de Córdoba ha inventado la figura de agente LGTBI con el objetivo de crear subvenciones públicas para quienes los contraten. A través de la Diputación se otorga una partida a los ayuntamientos para que premien a aquellas empresas que colaboren, se supone que afines a la causa. ¿Y quiénes se nieguen? No se especifica, pero no es difícil imaginar que quedarán marcadas.

¿Qué significa ser agente LGTBI? ¿Qué título se otorga? La respuesta de la Diputación socialista es clara: «Dan un título que pone Agente LGTBI de 40 horas. Igual que un curso de animadora sociocultural, pues el mismo rango. Un curso formativo». Lo que no son capaces de explicar es qué utilidad tiene, sólo que su contratación se fomenta con dinero público, a modo de premio para las empresas. ¿Premio o mamandurria? Dice la responsable del área de la Diputación cordobesa que «con estas actividades vamos a poner el foco en la investigación y el análisis, en la formación y en la sensibilización social». Así, explica, «tenemos previsto realizar un estudio para analizar la realidad del colectivo LGTBI en los municipios de la provincia mediante encuesta a los ayuntamientos». Asimismo, esta institución pondrá en marcha el proyecto Rincón LGTBI para las bibliotecas municipales, un espacio diferenciado en estas instalaciones con contenidos relacionados con el colectivo. «Sabemos que la lectura es un instrumento muy útil para romper con las ideas estereotipadas que tienen hombres y mujeres sobre la identidad de género y la orientación sexual, así como una herramienta de transformación sexual».

Resulta ciertamente insólito que con dinero público se promuevan iniciativas cuyo beneficio es más que dudoso. Porque eso de subvencionar la contratación de agentes LGTBI apunta más hacia una nueva forma de pesebre ultrafeminista. Para entendernos: lo que viene a ser el trinque de toda la vida.

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