Trapero ocultó al juez que un agente de los Mossos cobraba 1.000 euros al mes de los narcos
La Unidad Adscrita de los Mossos d’Esquadra dirigida por Josep Lluís Trapero ocultó al titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, los pinchazos telefónicos que acreditaban que un agente de la Policía autonómica estaba a sueldo de los narcos.
La instrucción del caso Macedonia permitió constatar que un subinspector de los Mossos identificado como José R.G. y conocido con el apodo de Charly, que ejercía el cargo de subjefe de la Comisaría de Vilanova i la Geltrú, cobraba 1.000 euros al mes de la banda del narco Manuel Gutiérrez Carbajo a cambio de facilitarle información confidencial.
Tal como explica en un auto el juez instructor de la causa, Joaquín Aguirre, este agente de los Mossos «cobraba 1.000 euros mensuales del citado grupo criminal, extras aparte, proporcionándoles informaciones confidenciales obtenidas de bases de datos policiales, dándoles cobertura con coches patrulla y asesorándoles en caso de posibles seguimientos».
Sin embargo, la Unidad Adscrita de los Mossos que dirigía Josep Lluís Trapero ocultó al juez instructor la transcripción de las conversaciones telefónicas que ponían en evidencia estos hechos. El juez Aguirre había ordenado a la Unidad Adscrita de Trapero pinchar los teléfonos de uno de los hombres de confianza de Carbajo, Juan Miguel Bono, que había sido detenido en mayo de de 2009 cuando recogía un supuesto alijo de 29 kilos de cocaína en el maletero de un coche.
«Si pide más dinero lo contaré todo»
Gracias a este dispositivo, se detectó que el 22 de octubre de 2009 el narco Bono telefoneó en cinco ocasiones al agente de los Mossos José R.G., que actuaba como colaborador y confidente de la banda. Sin embargo, el equipo de Trapero no comunicó este dato ni al juez instructor, ni a la División de Asuntos Internos de los Mossos d’Esquadra, como hubiera sido su obligación.
Trapero también ocultó al juez Aguirre otra conversación telefónica, intervenida el 4 de febrero de 2010, en la que Bono se quejaba de que el mosso apodado Charly le pedía más dinero.
Según relata el juez del caso Macedonia, en esta conversación el hombre de confianza de Carbajo se muestra «extraordinariamente enfadado, se queja de que Charly le pida 1.000 euros a cambio de no divulgar cierta información. Bono dice que se va a presentar en una Comisaría de los Mossos y contar todo lo sucedido y que entonces se irán a la cárcel todos. Que él (Bono) ya estuvo en la cárcel y no contó nada, pero que si Charly le pedía más dinero lo contaría todo. También alude Bono a que Charly ya cobra 1.000 euros al mes, además de regalos de gafas y pastillas», continúa el relato del juez Aguirre en su auto.
La Unidad Adscrita dirigida por Trapero escuchó esta conversación telefónica, pero la omitió en los informes que remitía al juez, pese a que ponía en evidencia que un agente de los Mossos d’Esquadra estaba a sueldo del narcotraficante Manuel Gutiérrez Carbajo.
El juez Aguirre relata estos hechos en un auto dictado en mayo de 2011, en el que imputó al número 2 de Trapero en la Unidad Adscrita, el subinspector Antoni Salleras, por obstrucción a la Justicia, omisión del deber de perseguir delitos, ocultación de documentos a la Autoridad Judicial, revelación de secretos y falsedad documental.
Salleras lleva más de cinco años imputado por estos hechos, junto a otros cinco Mossos a los que el juez Aguirre acusa de engañarle para proteger a la banda del narco Carbajo. Como ha informado OKDIARIO, la División de Asuntos Internos de los Mossos explica en un informe oficial dirigido al juez que el narco Carbajo y el comisario Josep Lluís Trapero habían llegado a entablar “una buena relación de colaboración, e incluso llegando a ser una relación de amistad”.
En su auto, el juez sostiene que el número 2 de Trapero en la Unidad Adscrita, Antoni Salleras, avisó al narco Carbajo de que estaba siendo investigado por la Justicia, para que tomara precauciones. El magistrado también sugiere que Salleras facilitó al narcotraficante datos confidenciales de la investigación a través del agente corrupto José R.G. apodado Charly.
El magistrado lo explica con las siguientes palabras: «El subinspector Salleras habló con R. en el mes de junio de 2010, deduciéndose que pudo haberle dado información de estas diligencias previas, según resulta de la conversación captada ese mismo día entre Crespo y Bono [dos de los hombres de confianza del narco Carbajo], actuando R. por encargo de Crespo».
El juez Aguirre envió a prisión al Mosso corrupto José R.G. en octubre de 2010, si bien luego lo dejó en libertad provisional bajo fianza. En el auto de prisión, el magistrado relata algunos de los favores que este agente conocido como Charly prestó a la banda de Carbajo.
En unas ocasiones, a petición de los narcos, consultaba los antecedentes penales de algún miembro de la banda en las bases de datos de la Policía. En otra ocasión, Crespo le pidió que le facilitara «datos personales y la fotografía» de un individuo al que quería dar una paliza.
El Mosso Charly también medió ante el jefe de la Policía Local de Sitges para que retirara tres multas de tráfico a un amigo del narco Carbajo. Su hombre de confianza Marco Antonio Crespo llegó a pedir a Charly que intercediera ante el Tribunal examinador de las pruebas de acceso para que uno de sus amigos pudiera acceder a una plaza en los Mossos d’Esquadra.
El juez Aguirre también relata dos ocasiones en las que la banda de Carbajo pidió al Mosso corrupto que mediara, al ser detenidos dos de sus colaboradores, para que no se les fichara ni se les tomaran las huellas dactilares en Comisaría. Todos estos indicios, que la Unidad Adscrita de Trapero había ocultado al juez, fueron descubiertos finalmente gracias a la intervención de la División de Asuntos Internos de los Mossos d’Esquadra.