El juez dice que el equipo de Trapero avisó al narco Carbajo de que le estaban investigando

Trapero
El mayor destituido de los Mossos, Josep Lluís Trapero, y el narco Manuel Gutiérrez Carbajo.

El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, sostiene que la Unidad Adscrita de los Mossos d’Esquadra que dirigía Josep Lluís Trapero avisó al narcotraficante Manuel Gutiérrez Carbajo de que estaba siendo investigado por la Justicia.

El juez Aguirre realiza esta afirmación en un auto dictado en junio de 2011, en el que imputa al subinspector de los Mossos Antoni Salleras –quien en aquel momento era el número 2 de la Unidad Adscrita dirigida por Trapero– por obstrucción a la Justicia, omisión del deber de perseguir delitos, ocultación de documentos a la Autoridad Judicial, revelación de secretos y falsedad documental.

En cuanto al delito de revelación de secretos, el magistrado señala literalmente en su auto que «el subinspector Salleras presuntamente habría revelado a algunos de los miembros de la banda de presuntos narcotraficantes que estaban siendo investigados por su Unidad Adscrita (UA) y por el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona». El juez cree que los Mossos también alertaron al narco Carbajo de que le habían pinchado el teléfono, para que tomara precauciones.

El subinspector Salleras permanece todavía imputado por estos hechos, junto a otros cinco Mossos d’Esquadra. El juez Aguirre sostiene que la Unidad Adscrita dirigida por Trapero le engañó para proteger al narco Carbajo durante la instrucción del caso Macedonia.

Trapero
Los delitos que el juez Aguirre imputa al número 2 de Trapero, el subinspector Antoni Salleras.

Al respecto, el magistrado incluyó en su auto un párrafo muy significativo: «Un Estado en el que la Policía decide qué delitos y qué personas ha de investigar la Autoridad Judicial dista mucho de ser un Estado democrático de Derecho, pues la Autoridad Judicial quedaría por debajo de los agentes de la autoridad. Dejando de castigar ciertos delitos cometidos por unas determinadas personas, se favorecería el florecimiento de la corrupción».

Como ha informado OKDIARIO, la Unidad Adscrita de los Mossos que dirigía Josep Lluís Trapero se había creado para investigar la mafia de los prostíbulos Saratoga y Riviera de Castelldefels, cuyos propietarios presuntamente pagaban sobornos a agentes de policía para obtener su protección.

En aquella causa actuó como testigo el narcotraficante Manuel Giménez Carbajo, que llegó a entablar con Trapero “una buena relación de colaboración, e incluso de amistad” personal, tal como indican los informes que la División de Asuntos Internos de los Mossos dirigió al juez Aguirre.

En 2009, el magistrado recurrió a la misma Unidad Adscrita para investigar el robo de un alijo de 54 kilos de cocaína en Barcelona. La Guardia Civil detuvo a uno de los miembros de la banda de Carbajo, Juan Miguel Bono, cuando se disponía a recoger 29 “paquetes de cocaína” del maletero de un coche. Sin embargo, los análisis toxicológicos revelaron que sólo uno de los paquetes contenía cocaína, en el resto había yeso y azúcar: alguien había tenido conocimiento de que iba a producirse la operación policial y decidió dar el cambiazo.

Ocultaron al juez que Carbajo era un narco

La Unidad Adscrita dirigida por Trapero recibió el encargo de investigar estos hechos pero se limitó a remitir al juez Aguirre transcripciones de pinchazos telefónicos absolutamente insustanciales. Al cabo de unos meses, el magistrado se impacientó y encargó la investigación a la División de Asuntos Internos (DAI) de los Mossos d’Esquadra.

Sólo entonces, se pudo llevar a cabo una operación policial en la que fueron detenidos todos los miembros de la banda de Carbajo, a los que se incautó 3,7 kilos de cocaína, 16 kilos de marihuana y cerca de medio millón de euros en metálico. En la operación se efectuaron 22 registros y fueran detenidas 16 personas.

El juez Aguirre descubrió entonces que el equipo de Trapero le había ocultado transcripciones de llamadas telefónicas en las que quedaba en evidencia que Carbajo se dedicaba al narcotráfico y mantenía una relación muy fluida con cinco Mossos d’Esquadra, que hoy se encuentran imputados.

Uno de los indicios que el juez apunta en el auto de imputación del subinspector Salleras es que Carbajo supo antes que nadie en qué fecha exacta iba a quedar en libertad uno de sus hombres de confianza, Juan Miguel Bono. Un dato que sólo conocían el propio magistrado, la secretaria judicial y los miembros de la Unidad Adscrita de los Mossos dirigida por Trapero.

Más de 200 llamadas en once meses

Los informes que obran en el sumario acreditan que, durante los 11 meses previos al inicio de la investigación, Trapero y el narco Carbajo intercambiaron 224 llamadas telefónicas. En el mismo período, el narcotraficante intercambió otras 144 llamadas con el número 2 de Trapero, Antoni Salleras.

Sin embargo, estas comunicaciones cesaron por completo cuando el juez Aguirre encargó a la Unidad Adscrita dirigida por Trapero que investigara al narco Carbajo y a su hombre de confianza, Juan Miguel Bono. Cuando el juez Aguirre constató estos hechos, dirigió junto a agentes de la Policía Nacional un registro en la sede central de los Mossos d’Esquadra, en Sabadell, para obtener una copia de todas las conversaciones telefónicas que el equipo de Trapero le había ocultado.

Lo último en Investigación

Últimas noticias