El PSOE apuesta por otro giro a la izquierda para absorber a un Podemos huérfano de Iglesias
Lejos de hacer autocrítica tras el mal resultado cosechado en las elecciones autonómicas de Madrid, el primero achacable en lógica nacional a los acuerdos con los separatistas de ERC y EH Bildu, en el PSOE creen que la receta para recuperar el voto perdido de Podemos es hacer un nuevo giro a la izquierda. Es lo que varios dirigentes y barones socialistas exigirán este jueves a Pedro Sánchez en la reunión de la Ejecutiva Federal que se celebrará en Ferraz.
Sin el hiperliderazgo de Pablo Iglesias, ya dimitido como secretario general de Podemos, y con la alta probabilidad de que su sucesión desencadene una batalla campal en el seno de la formación morada, con tres ministras -Yolanda Díaz, Irene Montero y Ione Belarra- directamente implicadas, en el PSOE creen que pueden aprovecharse de la situación para atraer a votantes que en 2015 pasaron de votarles a ellos a apoyar a los podemitas. Una especie de opa hostil a la espera de cuál será el futuro de la coalición.
En este viaje hacia la izquierda que defienden altos responsables orgánicos, con la vicesecretaria general Adriana Lastra a la cabeza, pasa por dejar atrás los acuerdos con Ciudadanos. Los nueve diputados de Inés Arrimadas, desde las prórrogas del estado de alarma, se han hecho imprescindibles para que Sánchez pudiera sacar adelante algunas votaciones. Más aún cuando sus socios, ERC y Bildu, se manifestaban en contra de las peticiones de Moncloa y sobre todo de sus formas. Robar voto de centro-izquierda a Ciudadanos también es una prioridad en Ferraz.
Sea como sea, la discusión está servida. Si tras las elecciones catalanas y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado el gurú jefe de Moncloa, Iván Redondo, preveía dos años de cierta tranquilidad, con la derecha peleándose por su electorado y Podemos en descomposición por el desgaste de asumir ciertas decisiones en el Gobierno, la fallida moción en Murcia que él desaconsejó ha cambiado todo el panorama. De ahí su cabreo con unos dirigentes que en su entorno tachan de “analfabetos” y que, para más inri, señalan al jefe de gabinete del presidente como el principal culpable de la debacle en Madrid.
De momento, el próximo movimiento en Ferraz es, al margen del partido en Andalucía y de su secretaria general, Susana Díaz, desplegar este jueves una cortina de humo en forma de convocatoria de primarias en su principal federación. Pasará lo mismo en Madrid en cuestión de semanas. Con José Manuel Franco, líder del partido en la Comunidad, y Ángel Gabilondo -que no será portavoz en la Asamblea-, muy cuestionados, Sánchez mira hacia Juan Lobato y Hanna Jalloul como caras nuevas para la federación madrileña. El mal resultado en Madrid ha obligado a avanzar los planes del secretario general que, tal como avanzó OKDIARIO, preveía meter mano en breve a ambas federaciones. Después vendrá la gallega.
En San Vicente, sede del PSOE-A, se están desenfundando ya los cuchillos para una guerra que será larga y con mucha sangre. El entorno de Sánchez hace meses que enseña la puerta de salida a Díaz que, por ahora, no tiene intención de marcharse a menos que sea derrotada en las primarias. La líder del partido en esta región lleva desde la noche del miércoles, cuando supo de los planes de la dirección federal, tratando de hablar con el presidente. No le ha cogido ninguna de las tres llamadas. Solo el secretario de Organización, José Luis Ábalos, se le puso al teléfono para decirle que no sabía nada.