Polémica entre jueces y fiscales por la cárcel a Zaplana: creen que puede morir en prisión
La polémica se ha desatado entre jueces y fiscales por la prisión provisional sin fianza decretada a Eduardo Zaplana. Y es que, literalmente, temen un final trágico por el impacto de la cárcel en su delicado estado de salud.
La juez que investiga la ‘operación Erial’ ha decretado este pasado jueves la prisión incondicional, comunicada y sin fianza para el ex presidente valenciano Eduardo Zaplana. Y ello, pese a la insistencia de su equipo jurídico en la delicada situación de salud que atraviesa Zaplana, que padece una leucemia de la que lleva tratándose dos años.
Zaplana ha pasado ya a disposición del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia. Se le investiga por presuntos delitos de cohecho, prevaricación, malversación y blanqueo de capitales.
Pero el caso no se podrá resolver con celeridad. “Este caso parte de las declaraciones de Ricardo Costa y puede tener conexión con Taula”, señala una fuente conocedora de la tramitación judicial. “Y ello significa que se puede dilatar su tramitación durante varios años. Un periodo que puede resultar excesivo para un persona en ese estado de salud”, añade.
La discusión sobre este punto, de hecho, se ha instalado en la capa judicial y fiscal, donde se discute la idoneidad y necesidad de esta medida de prisión incondicional para una persona que difícilmente podría escaparse teniendo que seguir recibiendo tratamiento contra el cáncer.
“El temor es literalmente por su salud. Estas situaciones tienen un fuerte impacto anímico. Y eso puede ser delicado”, señala otra fuente judicial.
10 millones en sobornos
La operación por la que se investiga a Zaplana se basa en la presunta repatriación de más de 10 millones de euros procedentes, supuestamente, del obro de sobornos durante su mandato al frente de la Comunidad Valenciana.
Las indagaciones de las Guardia Civil apuntan que habría ocultado esos fondos en Panamá a través de una red empresas cuya gestión se realizaba desde Uruguay.
La investigación, además, conecta con el ‘caso Taula’ y pretende unir parte de la investigación dentro de las indagaciones iniciales sobre una presunta red de cobro de un 3% y de potencial financiación ilegal.
El ex presidente de la Comunidad Valenciana, desde que fue trasplantado de médula en 2016, está sometido semanalmente a un estricto control médico. El pasado lunes, cuando fue detenido a la salida de su apartamento valenciano, pasadas las 8.00 de la mañana, Zaplana se dirigía a la consulta de sus oncólogos para que le inyectaran hemoglobina. El arresto le impidió cumplir con el protocolo para controlar la leucemia.
Un cuadro médico como el de Zaplana requiere un tratamiento de especialistas médicos. Por ello, el también ex ministro se desplaza todos los lunes de Madrid a Valencia para el control del cáncer que le fue diagnosticado en 2015.
Los agentes de la UCO pudieron comprobar personalmente la situación de debilidad del ex dirigente del PP cuando lo llevaron de Valencia a Benidorm para practicar el registro de su domicilio en la capital de la Costa Blanca. Tras verse obligado a esperar casi cinco horas en el calabozo de la Comandancia de la Guardia Civil de Altea porque no llegaba el secretario judicial, el ex presidente valenciano sufrió un ataque de tos y soportó una alta fiebre.
Tal situación provocó su traslado a un hospital desde donde, más tarde, fue trasladado a la Comandancia de Valencia para que pasara la noche del lunes al martes, día en el que fue conducido por los agentes a Madrid para registrar su domicilio particular y su despacho de Telefónica.