Ministerio de Sanidad

El nº 2 de Mónica García plantea hacer menos mamografías por su coste: «Hay que eliminar lo superfluo»

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, se ha mostrado crítico con las mamografías

Javier Padilla cribados
Mónica García y Javier Padilla.
Luz Sela

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, se ha mostrado abiertamente contrario a la realización de mamografías, considerando incluso que «no previenen nada». Igualmente, opina que «es mejor masturbarse que autoexplorarse». Así se manifiesta en distintos artículos publicados en el blog Médico crítico. En uno de ellos, va incluso más allá, y replantea la financiación de este tipo de pruebas de prevención, alegando el «coste beneficio».

El artículo lleva por título Reinversión en el sistema sanitario y en él, Padilla evalúa los costes de realizar este tipo de pruebas, mediante un algoritmo para determinar su efectividad en la tasa de mortalidad. El número dos de la ministra Mónica García ve «fundamental» llevar a cabo una «reinversión en el sistema sanitario» debido a «la situación de crisis económica y el aumento del gasto sanitario público en los últimos años». Por «reinversión» entiende el proceso «mediante el cual se dejan de financiar de manera parcial o por completo medicamentos, dispositivos, aparatos o procedimientos con bajo valor clínico al tiempo que se promueven los de más alto valor clínico».

«Eliminar lo superfluo»

En el artículo, Padilla propone «identificar aquellos procesos o tecnologías que no aporten beneficios en salud para la población» y llevar a cabo «un proceso de eliminación de lo superfluo e innecesario». Según el alto cargo de Sanidad, esto supondría «una utilización más eficiente y equitativa de los recursos disponibles».

En este contexto, señala que «tras unas décadas de inclusión en la financiación del sistema sanitario público de múltiples actividades de diagnóstico precoz, especialmente en relación con enfermedades tumorales, no son pocas las voces que ahora piden una revisión de los beneficios en salud que dichas actividades están reportando a la sociedad».

Su conclusión es que «una parte de los procedimientos que habitualmente se llevan a cabo no resultan costo-efectivos», especialmente en el caso de la detección precoz de tumores, «llegando a considerarse en algunos casos que producen más daño que beneficio». Según Padilla, estos procesos han provocado un «sobrediagnóstico» que representa un «gasto evitable». Así, señala que en el caso del cáncer de mama «se han publicado cifras de sobrediagnóstico desde el 1% al 54%» y que el cribado «no ha demostrado disminuir la tasa de mortalidad global en las mujeres que se han sometido a él».

Por ello, el secretario de Estado se muestra partidario de seleccionar a las mujeres que realicen estas pruebas, como aquellas que tienen «un alto riesgo» de desarrollar un cáncer de mama.

«Los datos disponibles otorgan a la mamografía una responsabilidad muy modesta en la reducción de la mortalidad por cáncer de mama», apunta, al tiempo que critica los costes por la pérdida de «productividad» o la «ansiedad» que provocan los «falsos positivos».

Así, concluye que «mantener dentro de un sistema sanitario público la realización de actividades que no aportan valor añadido o que, en el caso de aportarlo, lo hacen a un coste desproporcionado, no sólo es ineficiente, sino que además constituye una vulneración de los principios éticos de justicia y equidad».

Con ello, propone evaluar los costes asociados a las tecnologías sanitarias para llevar a cabo una «reinversión» del sistema sanitario español, avisando que «en una época en la que la racionalización de la actividad sanitaria puede ser vista como un recorte en el derecho a la asistencia, es necesario desarrollar estrategias de comunicación e información a la población y a los profesionales que transmitan la necesidad de dejar de hacer para poder hacer, eliminar lo superfluo para sustituirlo por actividades con mayor valor, guiando el sistema sanitario hacia un correcto y eficiente uso de los recursos de modo que se puedan maximizar los beneficios en salud».

En otro de sus artículos, Padilla critica la autoexploración de las mamas. «Si te tocas las tetas, que sea sólo por gusto», apunta, señalando que «es mejor masturbarse que autoexplorarse.

En otra entrada en el mismo blog, el número 2 de Mónica García afirma que: «Los datos nos indican cada vez con más fuerza que hacerse mamografías de forma rutinaria no previene nada ni le va a alargar la vida».

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