Mensaje de Navidad del Rey

Felipe VI: «En democracia, las ideas propias nunca pueden ser dogmas, ni las ajenas, amenazas»

El monarca no oculta su preocupación por la "crisis de confianza" que atraviesan las "sociedades democráticas"

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Luz Sela

Con el Gobierno de Pedro Sánchez instalado en la permanente crispación política, y el ataque sistemático a la oposición, el Rey ha aprovechado su Mensaje de Navidad para lanzar una advertencia en aras de proteger la necesaria «convivencia», sin duda, una de sus grandes inquietudes y aviso recurrente en sus alocuciones.

«Recordemos -en esta víspera de Navidad- que, en democracia, las ideas propias nunca pueden ser dogmas, ni las ajenas, amenazas; que avanzar consiste en dar pasos, con acuerdos y renuncias, pero en una misma dirección, no correr a costa de la caída del otro; que España es, ante todo, un proyecto compartido: un modo de reunir -y de realizar- los intereses y aspiraciones individuales en torno a una misma noción del bien común», ha advertido Don Felipe.

El monarca no oculta su preocupación por «la inquietante crisis de confianza» que atraviesan las «sociedades democráticas» en un «mundo convulso». Una realidad, ha destacado, que «afecta seriamente al ánimo de los ciudadanos y a la credibilidad de las instituciones» y que alienta «los extremismos, los radicalismos y populismos» que «se nutren de esta falta de confianza, de la desinformación, de las desigualdades, del desencanto con el presente y de las dudas sobre cómo abordar el futuro».

El Jefe del Estado, que ha centrado su alocución en hacer un llamamiento a los ciudadanos para que tomen las riendas del futuro del país, ha recordado que España «ha progresado cuando hemos sabido encontrar objetivos que compartir» y que «la raíz de todo proyecto compartido es necesariamente la convivencia».

Al mismo tiempo, ha advertido que esa convivencia «no es un legado imperecedero» y que «no basta con haberlo recibido», porque «es una construcción frágil». «Por esa razón», ha dicho el Rey, «todos debemos hacer del cuidado de la convivencia nuestra labor diaria. Y para ello necesitamos confianza».

«No basta con recordar que nosotros ya hemos estado ahí, que ese capítulo de la historia ya lo conocemos y que tuvo consecuencias funestas. Nos corresponde a todos preservar la confianza en nuestra convivencia democrática», ha advertido, instando a los españoles a preguntarse «sin mirar a nadie, sin buscar responsabilidades ajenas: ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para fortalecer esa convivencia? ¿Qué líneas rojas no debemos cruzar?».

En este punto, ha reivindicado el «diálogo» como guía, recordando que «las soluciones a nuestros problemas requieren del concurso, la responsabilidad y el compromiso de todos».

«Ejemplaridad»

Es aquí donde ha lanzado Don Felipe su mensaje más político, instando -aunque sin alusión directa a la corrupción que acorrala al Gobierno de Pedro Sánchez- a la «ejemplaridad» de la clase dirigente.

«Estoy hablando de respeto en el lenguaje y de escucha de las opiniones ajenas; estoy hablando de especial ejemplaridad en el desempeño del conjunto de los poderes públicos; también de empatía; y de la necesidad de situar la dignidad del ser humano, sobre todo de los más vulnerables, en el centro de todo discurso y de toda política», ha completado el Rey.

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