GOBIERNO DE ESPAÑA

La España de Sánchez cae por detrás de Lituania y Uruguay en un índice mundial sobre la corrupción

Corrupción Sánchez
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
Pelayo Barro

El Gobierno de Pedro Sánchez retrocede en su lucha contra la corrupción: España cae del puesto 23 al 26 en un importante índice global que analiza el riesgo de cada país de sufrir delitos de corrupción política. El ranking, uno de los más destacados del mundo, lo elabora la firma sueca Global Risk Profile (GRP), especializada en procesos de due diligence (análisis en profundidad). En el 2022, el año en el que el Ejecutivo de coalición ha rebajado las penas a la malversación y Sánchez ha defendido que la corrupción ya «no preocupa» a los españoles, España ha sido adelantada por Uruguay, Portugal y Lituania.

La rebaja a la carta de la malversación propuesta por Pedro Sánchez para cumplir las demandas de sus socios independentistas de ERC -y que, de paso, puede beneficiar a algunos altos cargos socialistas- es la decisión de mayor calado que ha tomado el Gobierno socialista en 2022 en lo referente a la corrupción. Una medida impopular entre el electorado socialista, tachada de «preocupante» por la oposición y que afecta de lleno a la persecución policial y judicial de este tipo de delitos.

En ese marco, España pierde puestos en el Global Corruption Index (GCI) que elabora la consultora Global Risk Profile. España pasa del puesto 23 que ocupaba en el mismo informe correspondiente a 2021, al puesto 26 en el que se sitúa en el último ejercicio. Los datos reflejan un aumento en el riesgo de que se cometan delitos de corrupción política.

España es superada en el ranking por países que antes se encontraban por detrás, como Lituania, Portugal y Uruguay.

Ranking de corrupción, con España el #26 en 2022.

Preocupación

Sin embargo, para Sánchez las preocupaciones de los españoles por la corrupción son cosa del pasado. Del pasado en el que él era líder de la oposición. Pero ahora, según defendió en el acto propagandístico Cumpliendo, organizado por Moncloa a finales del pasado mes de diciembre, ha pasado a ser «un asunto» de segunda. Incluso de tercera.

«Las portadas de todos los medios de comunicación eran siempre la Gürtella Kitchen… vinculadas precisamente con un único partido, el Partido Popular. Hoy la corrupción, en el CIS de noviembre, está en el número 18», explicó Sánchez. Sánchez sentenció que «la corrupción hoy no forma parte de las preocupaciones de los españoles, y eso no es casualidad».

Sin embargo, basta recurrir al indicador más ampliamente aceptado para cuestiones de corrupción, el Global Corruption Barometer que elabora la organización Transparency International -con apoyo y financiación de la Unión Europea-, para descubrir que lo que Sánchez defendió en base a los sondeos de Tezanos no responde a la realidad.

El último de los informes de este organismo recoge un dato demoledor para el discurso del Gobierno: en Europa tan sólo hay cuatro países en donde los ciudadanos consideren la corrupción un problema mayor que en España. Un 86% de los españoles consideran la corrupción un «big problem», un gran problema. Sólo en Croacia, BulgariaChipre y Portugal hay una peor percepción.

Pero hay más datos. Por ejemplo, que el 34% de los españoles, a diferencia de lo que sostiene Sánchez, tiene la percepción de que la corrupción ha ido a más en los últimos 12 meses. El 62% de los españoles considera que la labor de lucha contra la corrupción por parte del Gobierno es, directamente, «mala». El 60%, la cifra más alta de toda la Unión, cree que el Ejecutivo manejó la pandemia sin transparencia y dio lugar a más casos de corrupción. El 64% también considera que el Gobierno español está plegado a intereses privados o ajenos a su labor ejecutiva.

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