Vodafone vigila la fusión Orange-MásMóvil y el mercado para tomar una decisión sobre su filial española
La evolución de sus resultados en España y la dureza de los 'remedies' que imponga Bruselas marcarán la decisión de la compañía
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La compañía de telefonía Vodafone realiza una revisión estratégica desde mayo de su filial española y la decisión dependerá de las posibles condiciones que imponga Bruselas a la fusión de Orange y MásMóvil. La empresa baraja varias posibilidades que pasan desde una posible venta de la filial, para lo que está escuchando al mercado, hasta deshacerse de parte de su red fija en el país, si bien ambas vías dependerán de cómo evolucionen sus resultados en España.
Así, el primero que ha mostrado interés en hacerse con la filial de Vodafone en España ha sido el fondo Zegona, que ha reconocido el acercamiento, aunque también han surgido los nombres de otros posibles compradores, como Apollo, Apax, Iliad o Liberty.
La decisión de Bruselas
No obstante, tras una reunión del Comité Europeo de sindicatos de la compañía, que tuvo lugar hace unos días en Dusseldorf (Alemania) y en la que se abordaron diferentes temas de importancia en el contexto actual de la empresa, CCOO indicó que la dirección de Vodafone cataloga de «distracción» algunos de esos supuestos acercamientos.
«La dirección nos enfatiza que no debemos distraernos con ciertas noticias malintencionadas de la prensa, que quieren ejercer cierta presión sobre la operadora», señaló CCOO en un comunicado interno al que tuvo acceso Europa Press y que adelantó el diario ‘Cinco Días’.
Así, fuentes del mercado han señalado que la imposición de unos ‘remedies’ «duros» por parte de Bruselas para aprobar la fusión de Orange y MásMóvil en España supondría un acicate para una posible venta de la filial.
«La decisión de Bruselas sobre la fusión de Orange y MásMóvil tiene impacto no solamente en España, sino también sobre todo el sector en Europa. Un dictamen con ‘remedies’ duros frenaría las expectativas de consolidación en otros mercados y el crecimiento. Además, supondría otro varapalo en las cotizaciones de las telecos, que han bajado un 45% en los últimos diez años», han añadido las fuentes.
La fusión de Orange y Másmovil
Por el contrario, una fusión sin condiciones ayudaría a que todos los operadores -tanto en Europa como en España, matizan las fuentes- crecieran más y también a una «recuperación más rápida de Vodafone en España», lo cual invitaría a la compañía a replantearse la necesidad de una posible venta de la filial.
En ese sentido, cabe recordar que Vodafone tiene en torno a 13 millones de clientes de móvil en España, 3 millones de fibra y 1,5 millones de televisión, lo que se suma a una red de fibra valorada en torno a 4.000 millones de euros. Además, su facturación ronda lo 4.000 millones de euros anuales y el beneficio bruto de explotación (Ebitda) se sitúa alrededor de 950 millones de euros.
Por este motivo, las fuentes del mercado consultadas por Europa Press consideran que vender su negocio en España es una «decisión de calado» y de índole «financiera» para Vodafone y que «no es fácil de tomar» para el grupo.
El sector de las telecomunicaciones
A eso se añade que las perspectivas para las principales operadoras del sector de las telecomunicaciones en España «no es demasiado halagüeño» dado que pierden, de media, en torno a 2.000 clientes al día en detrimento de las firmas ‘low cost’, al tiempo que en Europa el mercado está pendiente de diversas decisiones regulatorias que afectan a la competencia.
De hecho, esta misma semana el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, reconoció, al hilo de la publicación de las principales conclusiones de la consulta exploratoria realizada por la Comisión Europea sobre el futuro de las telecomunicaciones y su infraestructura, que la fragmentación de este mercado en Europa «frena» el crecimiento de las ‘telecos’ en el Viejo Continente.
«Los operadores de telecomunicaciones necesitan escala y agilidad para adaptarse a esta revolución tecnológica pero la fragmentación del mercado los frena. Todavía existen demasiadas barreras regulatorias para un verdadero mercado único de telecomunicaciones en materia de adquisición de espectro, consolidación, redes heredadas, seguridad…», afirmó Breton.
«Los bajos rendimientos de la inversión, los largos períodos de recuperación y las incertidumbres del mercado, a su vez, reducen el atractivo del sector de las telecomunicaciones para los que quieren invertir su dinero en la construcción de las redes del futuro, en lugar de exprimir las redes de cobre heredadas. A largo plazo, esto puede debilitar al sector y exponerlo a adquisiciones hostiles, a pesar de la naturaleza crítica de sus activos», ha añadido.
Así, Breton recalcó la importancia de impulsar los trabajos de la nueva Ley de Redes Digitales (Digital Networks Act) y también hizo hincapié en la necesidad de un nuevo modelo de financiación.