La huelga de estibadores en el Puerto de Tarragona bloquea el pienso para 13 millones de animales
Cerca de 13 millones de animales -pollos, vacas, cerdos- en España están en riesgo alimentario por el conflicto laboral que se vive estos días entre los estibadores y el Puerto de Tarragona.
«Se nos viene encima el problema de que los cereales empleados en la elaboración de piensos no llegue a su destino, poniendo en riesgo el suministro alimentario de 13 millones de animales en Cataluña, Aragón, Navarra y parte de Soria y Castellón», advierte Pere Borrell, presidente de la Asociación Catalana de Fabricantes de Piensos Compuestos (Asfac). «Esto no quiere decir que se vayan a morir los animales, pero sí que van a dejar de crecer», señala.
«Si la situación no mejora en las próximas dos semanas, muchas fábricas de piensos se van a quedar sin materia prima para poder alimentar al ganado. Vamos a crear un problema de malestar animal», lamenta el presidente de Asfac, quien apunta que el 40% de la cabaña nacional está en la zona de influencia del Puerto de Tarragona.
Los 130 estibadores que trabajan en el puerto catalán tienen en vilo a varios sectores empresariales (desde automovilísticas hasta el textil, además del alimentario). Desde el pasado mes de mayo han ido reduciendo la productividad habitual, denuncian distintas asociaciones, coincidiendo con las negociaciones con el Centro Portuario de Empleo (CPE), la sociedad que hasta ahora les ha empleado. Aunque formalmente no puede hablarse de ‘huelga’, las fuentes de los sectores implicados consultadas consideran al menos que existe una ‘huelga de celo’.
El CPE está formado por cinco empresas y, para adecuarse a la normativa estatal y europea de liberalización del sector de la estiba, debe disolverse y ser cada una de ellas las que contraten directamente a los estibadores, abriéndose la posibilidad de que puedan participar otras compañías.
La obligatoriedad de adaptarse a las directivas europeas provocó hace más de tres años una elevada conflictividad laboral a nivel nacional, pero desde entonces los distintos puertos han ido llegando a acuerdos y normalizando la relación. No así el Puerto de Tarragona.
La caída de la productividad de los estibadores en el Puerto de Tarragona está provocando que, por ejemplo, el líder mundial de la moda, Inditex, haya desviado barcos al puerto de Barcelona. La Asociación Española de Comercio Exterior de Cereales (AECEC) también ha advertido de «graves problemas» de desabastecimiento de soja y maíz en Cataluña y Aragón por «la huelga encubierta» de los estibadores. «Estamos extremadamente preocupados por la posibilidad de rotura de stocks en harina de soja y maíz, incremento de costes y por los problemas de malestar animal que puedan surgir», alerta.
«Habitualmente, un barco con 70.000 toneladas abandona el puerto en 10 o 15 días, con todo despachado, pero ahora hay barcos que llevan atracados hasta 28 días», explica Pere Borrell, el presidente de Asfac. «Todo esto conlleva un sobrecoste al importador elevado», añade.
Dada la baja cosecha de este año por la falta de precipitaciones, los fabricantes de piensos españoles se ven obligados a importar cereales en mayor cantidad que otros ejercicios. Los retrasos en las entregas de esta materia prima eleva el coste de producción, lo que sumado a los incrementos de los precios de la energía y del combustible deja en una situación límite a los fabricantes.
«Una fábrica mediana de pienso pagaba en febrero 0,02 euros por Kw/hora de gas, y en agosto el precio era de 0,187 euros. Pero la previsión es que en noviembre el precio alcance los 0,40 euros, un desastre», indica el presidente de Asfac.
La cosecha nacional de cereales oscila entre los 13 y los 22 millones de toneladas anuales, «y este año estamos por debajo de los 13 millones, por la escasez de lluvia», subraya Borrell. «La demanda es ahora muy superior a la oferta, y eso ha provocado también el alza de los precios, algo que ya estábamos viviendo antes del inicio de la guerra de Ucrania», asegura. «Entiendo que existe un problema laboral en el Puerto de Tarragona y que cada parte defiende su postura, pero las consecuencias de este enfrentamiento puede llegar a provocar una catástrofe nacional», destaca.
La asociación Asfac ha enviado una carta al Ministro de Agricultura, Luis Planas, exigiendo una solución urgente. «Nos reunimos con el Ministro y otros representantes de la alimentación y la distribución hace unas semanas», recuerda Pere Borrell. «Nos pidió ideas para atajar la inflación. Pero lo que está ocurriendo precisamente la eleva», dice.