La solución de Talgo: OPA conjunta de Sidenor, la polaca Pesa y el fondo Finkatuz del Gobierno vasco
La crisis de Talgo está a punto de encontrar una solución, que consistirá en la compra conjunta de la compañía ferroviaria por Sidenor, la polaca estatal Pesa y el fondo de inversión público del Gobierno vasco Finkatuz, previsiblemente mediante una OPA sobre el 100%, según fuentes conocedoras de la operación. Como adelantó OKDIARIO, el control corresponderá a Sidenor apoyada por Finkatuz, mientras que Pesa actuará como socio industrial.
Este plan, que saldrá adelante salvo que una de las partes se eche atrás a última hora, se está negociando entre estos tres compradores, el fondo Trilantic -máximo accionista con el 30% del capital- y Moncloa, que es quien impulsa la venta de Talgo tras el veto a la OPA del consorcio húngaro Ganz-Mavag. Estas negociaciones, que están «próximas a su fin» según las fuentes, deben dirimir cómo quedará el reparto del accionariado entre los socios (es decir, qué porcentaje comprará cada uno) y, sobre todo, el precio de la operación.
Como es sabido, la citada OPA prohibida por el Gobierno ofrecía cinco euros por acción, lo que valoraba el 100% de Talgo en 615 millones. Como es lógico, tanto Trilantic como el resto de accionistas significativos (las familias Oriol y Abelló, con un 10% conjunto) pretenden que la oferta alternativa que arme Moncloa ofrezca el mismo precio; como mucho, aceptarían una rebaja hasta 4,75 euros.
Sin embargo, Sidenor, que anunció sus intenciones en octubre, no estaba dispuesto a ofrecer más de cuatro euros en solitario, ni tampoco a pasar del 30%; como informó también OKDIARIO, BBVA iba a financiar la operación pero el presidente de esta siderúrgica, José Antonio Jainaga, debía poner los activos de su propia empresa como garantía. De hecho, éste amagó con retirarse diciendo que «no es cuestión de vida o muerte».
Ante esta situación, Trilantic se embarcó en negociaciones con otros candidatos para subir el precio, como la citada Pesa o la india Jupiter Wagons, pero se topó con una línea roja de Moncloa: ninguna oferta extranjera podría hacerse con el control de la gestión, para garantizar la «españolidad» de Talgo. Por tanto, esas participaciones debían ser minoritarias o tener limitados los derechos de voto.
Búsqueda de fórmulas
En estas negociaciones se han buscado diferentes fórmulas para satisfacer a todas las partes. Así, se planteó que Sidenor se quedara incluso por debajo del 30% inicialmente, pero eso no permitía salir completamente a Trilantic, y dejaba ese 10% en manos de accionistas atrapados, lo que podría provocar una situación parecida a la de Naturgy, con un consejo enfrentado.
Para solucionarlo, se planteó la entrada de la SEPI en el capital de Talgo, al igual que en el de Telefónica. Sin embargo, ahí quien puso pie en pared fue el Gobierno vasco, que se oponía a que el «Estado español» entrara en una de «sus» empresas.
A cambio, ha ofrecido la participación de su propio fondo público, el citado Finkatuz, para completar la parte que no puede cubrir Sidenor y que el Gobierno no permite alcanzar a Pesa. La polaca se ha llevado finalmente el gato al agua pese a ser propiedad del Estado por ser europea y porque ese país tiene un Gobierno socialdemócrata frente al ultranacionalista de Orban en Hungría («amigo de Vox», según el Ejecutivo del PSOE).
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