Sánchez no baja impuestos ni en plena crisis del coronavirus: aprueba aplazamientos fiscales y préstamos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no baja impuestos ni en plena crisis del coronavirus, que podría llevar al país a la recesión. En su comparecencia posterior al Consejo de Ministros, el líder del Ejecutivo ha anunciado que aplazará y fraccionará las deudas tributarias de las empresas afectadas o que dará préstamos a las compañías. Esto implica que las compañías tendrán que devolver en el futuro este dinero que el Gobierno pone a sus disposición, en un escenario en el que muchas compañías, si el país entra en recesión, habrán tenido que echar el cierre o despedir a muchos de sus empleados.
En concreto, Sánchez reconoce que «muchas empresas y pymes se van a ver afectadas» por la cancelación de pedidos y de sus actividades. Ahora bien, el presidente ha dicho que «los pedidos, los clientes, y la actividad volverán», por lo que sus propuestas de alivio al sector productivo sólo pasan por ahora por «otorgar aplazamientos y fraccionamientos de las deudas tributarias» para las pymes de 6 meses sin intereses o por «aplazamientos» para las empresas industriales.
No hay que olvidar que los españoles financian al Estado cada año pagando más IRPF de lo que en realidad les corresponde, lo que hace que la Agencia Tributaria al año siguiente tenga que devolverles dinero cuando presentan la declaración.
Con estas medidas económicas, Sánchez dice que va a poner en circulación 14.000 millones de euros de liquidez en el sistema económico. Sin embargo, no podría considerarse liquidez un dinero que muchas empresas ni siquiera tendrán para afrontar sus pagos habituales, porque verán cómo se hunde su facturación y sus ventas, especialmente en sectores como la hostelería, los servicios y el turismo, los más afectados por esta crisis inédita que ha hundido los mercados financieros y que tendrá un gran impacto en la economía real.
Para el sector turístico Sánchez ha prometido 400 millones de euros a través de préstamos del ICO, unos créditos de los que también se beneficiarán el «transporte» y la «hostelería». Asimismo, el Gobierno ampliará la protección de los trabajadores fijos discontinuos del sector turístico, de forma que las bonificaciones cubran los meses de febrero a junio de 2020. El problema es que, con esta crisis impredecible, va a ser complicado que las empresas se beneficien de esta medida. Si la pandemia no cesa en un breve plazo ninguna querrá contratar porque no habrá clientes. En todo caso, se plantearán despidos.
Sánchez ha anunciado que estas «no van a ser las últimas medidas» pero, de momento, son mucho menos ambiciosas que las pactadas por la patronal y los sindicatos, que ya reclaman la agilización de los EREs temporales.
Estas medidas, según el presidente, serán aprobadas en los próximos días, así como otras prestaciones o medidas de ajustes para proteger el empleo o los aplazamientos de cotizaciones para pymes, que también se podrían adoptar en breve.
A las comunidades autónomas les dará 2.800 millones de euros como anticipo de las entregas a cuenta de la financiación autonómica. Es decir, que el Estado no pondrá sobre la mesa por ahora recursos extra ya que ese dinero que recibirán las comunidades es el que realmente les corresponde por las previsiones de cobro de impuestos como el IVA o el IRPF. De hecho, hasta ahora hay una pugna entre las regiones del PP y María Jesús Montero porque esta última les debía 2.500 millones.
«Necesitamos unos nuevos Presupuestos, sí. Nosotros estamos trabajando intensamente para que demos unas respuestas sociales a los colectivos más damnificados por el parón de la actividad económica», concluyó el presidente su intervención, tras la pregunta de si facilitará los ERTEs de las compañías o si cancelará las subidas de impuestos previstos. Por el momento, Sánchez parece que no quiere dar marcha atrás a su hoja de ruta prevista, que implica subir pensiones, el salario mínimo o elevar los impuestos a las empresas, aunque quizás la realidad lo obligue a rectificar.