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La reforma del código penal de 2015 reduce con fuerza el fraude por accidentes a los seguros

En 2012 representaba el 72% del total del fraude detectado. Ahora supone poco más del 50%. Los perjudicados ya no disponen de una valoración gratuita por el médico forense y la posterior celebración de juicios de faltas en vía penal.

La reforma del código penal de 2015 reduce con fuerza el fraude por accidentes a los seguros
Un accidente en Barcelona

La reforma del código penal realizada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015 ha supuesto un antes y un después para aquellos que buscan engañar a los seguros alegando unas lesiones falsas en accidente de tráfico. Después del cambio que entró en vigor hace ahora más de tres años, el importe del fraude detectado aduciendo daños corporales ha caído significativamente: si en 2012 representaba un 72% del total, en 2018 suponía tan sólo el 52%.

Estos son algunos de los datos que ha hecho públicos este jueves la aseguradora AXA en el marco de su VI Mapa del Fraude al Seguro en España, un análisis sobre el fraude que demuestra como la normativa legal puede hacer mucho por acabar con estas malas prácticas. El último cambio legislativo despenalizó las faltas en los accidentes de tráfico con lesiones leves. Esto supone que los perjudicados ya no disponen de una valoración gratuita por el médico forense y la posterior celebración de juicios de faltas en vía penal.

Por tanto, el defraudador ya no cuenta con el incentivo que supone la facilidad y el bajo coste de este trámite. Actualmente sí que puede haber un Informe de Medicina Legal (IML), pero la reclamación tiene que ir por la vía civil, lo que obliga al afectado a justificar que ha solicitado de manera amistosa una reclamación a la entidad aseguradora y ésta le ha respondido.

Sólo en casos graves, donde hay sospecha de la comisión de delitos de tráfico, puede seguirse usando la vía penal.

Este cambio legal impulsado por el exministro de Justicia del Partido Popular Rafael Catalá y que entró en vigor el 1 de enero de 2016 ha hecho por tanto que los defraudadores tengan menos tentación de simular el daño, que era el ‘truco’ más habitual en un 66% de los casos. También ha caído el importe medio defraudado, que pasa de 17.000 euros a algo menos de 9.000.

22.500 fraudes en 2018

Según el director de Fraude y Recobros de AXA, Philippe de Mingo, es precisamente la rama de auto la que concentra la mitad de fraudes a los seguros, aunque se ha reducido de forma «muy significativa» en los últimos meses, y sólo en el último año ha caído 10 puntos gracias a la citada reforma de baremos.

El año pasado AXA detectó en España 22.500 siniestros fraudulentos, lo que supone un 12,5% más que en 2017. Con ellos se realizaron unos pagos por indemnizaciones de 66,2 millones, que son un 5,5% más que el año anterior. No obstante y a pesar de estos números, la tasa de fraude española se mantiene en niveles bajos, según De Mingo, pues es del 1,88% frente al 1,73% de 2017. El fraude en auto es esencialmente masculino, con un 75% de los casos.

Después del intento de estafa al seguro por temas de tráfico, que supone un 49% de los casos, la siguiente casuística más común es el fraude en Multirriesgo, que incluye hogar, comercio, oficinas y comunidades de vecinos. Aquí, AXA observa «una mayor versatilidad, imaginación y técnicas para delinquir» y una gran creatividad en la preparación de situaciones irregulares.

Por último, con un 11% está el fraude que AXA califica como Diversos, y que incluye industrias, salud, accidentes, transporte y vida.

Los tres grandes fraudes según AXA

Según la aseguradora francesa, estos son los tres grandes tipos de fraudes a los que se enfrenta la compañía cada año:

1. El fraude ocasional u oportunista

Es aquel en el que se aprovecha la realidad de un siniestro para introducir daños preexistentes o anteriores. Después del repunte de casos observado en 2017, el año pasado volvió a descender este fraude masa, hasta representar el 50% frente al 55,2% del año anterior. El 66% de las ocasiones es un fraude inferior a 600 euros.

2. El fraude premeditado

Se trata de casos donde los daños reclamados son reales o ficticios, pero han sido planificados con antelación. En este tipo de daños se suelen ver implicadas varias personas y suponen el 47,5% de los casos de fraude evitados durante 2018 frente al 41% del año anterior. Quien realiza este fraude trata de obetener el máximo beneficio económico, lo que eleva la indemnización a más de 3.200 euros de media.

3. El fraude organizado

Es el fraude ‘profesional’ y según AXA el más peligroso. Se trata de bandas o tramas organizadas, y ocasionalmente apoyadas por profesionales que buscan mecanizar su proceso, lo que supone un gran perjuicio económico para los seguros. El año pasado el número de siniestro llevados a cabo por tramas descendió más de un 10% respecto a 2017. El importe medio es de unos 4.400 euros, y cada vez está siendo mejor detectado por el uso de herramientas tecnológicas.

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