ING prohíbe las transferencias de más de 15.000 euros para evitar inspecciones por blanqueo de dinero
El banco lo justifica por "las estafas digitales" a sus clientes
Santander ficha al consejero delegado de ING como responsable del negocio en España
ING ha limitado las transferencias online de sus clientes a 15.000 euros y también está limitando la recepción de dinero procedente del extranjero. Estas medidas obedecen a la intención de ING de evitar inspecciones de sus sistemas de detección del blanqueo de capitales, según algunas fuentes al tanto de la situación. En cambio, el banco lo justifica por un intento de frenar las estafas a sus clientes.
Estas limitaciones entraron en vigor ya en el mes de diciembre y están causando malestar entre los clientes de ING, según las fuentes citadas. Hasta el punto de que algunos han decidido mover sus ahorros a otras entidades online que ponen menos limitaciones, en especial Revolut u Openbank (filial del Santander).
Respecto a los envíos de dinero desde otros países, las fuentes explican que el banco holandés «por sistema bloquea las transferencias del extranjero, solicitando información que muchas veces ya tienen en su poder o que es absurda».
¿A qué se deben estas limitaciones? Según estas fuentes, a que «aparentemente, ING tiene una especial supervisión por cumplimiento de las normas de blanqueo por parte de Banco de España porque ha tenido problemas en el pasado. El caso es que quieren demostrar al Sepblac (Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales) que sus sistemas funcionan y evitar inspecciones. Y como están con recortes de costes permanentes, no tienen medios para hacerlo si no es con estas restricciones».
En efecto, hace dos años también hubo quejas de los clientes de ING por el bloqueo de cuentas y transferencias, alegando sospechas de blanqueo de capitales, a pesar de que los clientes afectados aseguraban que habían aportado toda la documentación requerida para justificar el origen del dinero.
Eso también provocó entonces cierta fuga de clientes de ING. Para recuperarlos, el banco naranja tuvo que hacerles atractivas ofertas de remuneración.
«Evitar estafas»
Por el contrario, un portavoz de ING explica que «se trata más de evitar fraudes nuevos como el spoofing, en el que se suplanta la identidad del banco y piden a la gente hacer transferencias ingentes».
«También vimos que el número de clientes que hacen este tipo de transferencias regularmente es muy residual. Es decir, limitar las transferencias impacta a muy poca gente y, sin embargo, nos ayuda a salvar mucho dinero», añade.
El veto se aplica tanto a una transferencia individual como a varias cuya suma total supere los 15.000 euros durante un día. La alternativa si un cliente necesita superar esa cifra es acudir presencialmente a una oficina de ING. No obstante, en función de su historial de transferencias (es decir, si es habitual que transfiera esas cantidades), la entidad puede permitirlo por vía telefónica.
El pasado mes de septiembre, el consejero delegado de ING en España, Ignacio Juliá, abandonó la entidad para fichar por el Banco Santander como consejero delegado para España, en sustitución de Ángel Rivera.
Desde entonces, la entidad holandesa tiene abierto un proceso para fichar un nuevo responsable de su negocio en nuestro país, pero de momento no ha encontrado a la persona adecuada.
Y es que dirigir ING en estos momentos supone un desafío. Aunque mantiene más de 2,5 millones de clientes en España, ha perdido su carácter disruptivo y su velocidad de crecimiento. Esto se debe a que todos los bancos tradicionales tienen cuentas online sin comisiones que ofrecen las mismas ventajas que la cuenta naranja.
Además, hace años que no remunera a las cuentas de los clientes que domicilian la nómina, cuando hay una batalla entre las grandes entidades por atraerlas.