La fusión con BBVA iba a despedir a 6.000 empleados, y ahora Sabadell planea nuevas bajas en solitario
El banco catalán cuenta con plusvalías latentes de 1.700 millones para acometer ajustes
Las presiones del CEO del BBVA y las discrepancias sobre el canje dinamitan la fusión con Sabadell
Sabadell no será otro Banco Popular: el mercado no duda de su viabilidad sin el BBVA
La fusión abortada entre BBVA y Banco Sabadell planteaba la supresión de unos 6.000 puestos de trabajo en España, según fuentes al tanto de las conversaciones, que se rompieron por la imposibilidad de ponerse de acuerdo en el reparto del capital (ecuación de canje) entre los dos bancos. A pesar de la ruptura, la necesidad de ajustes persiste: Sabadell planteará el próximo año un nuevo ERE aparte de las 1.800 prejubilaciones anunciadas el viernes.
Esas 6.000 salidas habrían superado el volumen del ERE puesto en marcha recientemente por Banco Santander, que contempla las bajas o prejubilaciones de 4.000 trabajadores y la «recolocación» de otros 1.000. La cifra no llegó a trascender al no culminar la operación, pero estaba en los cálculos de las sinergias que negociaban las entidades. «Las fusiones se hacen precisamente para ahorrar costes, las famosas sinergias, y esos ahorros se consiguen mediante cierres de oficinas y reducción de plantilla, no hay otra vía», explica una de las fuentes consultadas.
En consecuencia, aunque la fusión no siga adelante, los dos bancos deben realizar ajustes en solitario. La falta de rentabilidad consecuencia de los tipos de interés negativos, el nulo crecimiento del crédito y el aumento de la morosidad -que será inevitable por la crisis del covid- obliga a ajustar los costes al mínimo imprescindible. Y, en este caso, Sabadell debe actuar con más celeridad que BBVA, ya que es el más pequeño, el que tiene más problemas y el que necesita dar buenas noticias al mercado para que no siga castigando su cotización (aunque el viernes la caída fue muy inferior a la que muchos temían).
La entidad es muy consciente de ello y, aunque en la última presentación de resultados por eso, su cEo, Jaume Guardiola, dijo que tienen «palancas de sobra para hacer frente a la crisis del covid», va a diseñar una importante reducción de plantilla adicional a las prejubilaciones que actualmente ha ofrecido a sus trabajadores mayores de 56 años. Siempre según las fuentes, este ajuste se incluirá en el nuevo plan estratégico que el banco anunció el viernes tras la ruptura de las conversaciones y que su presidente, Josep Oliu, espera poder presentar al mercado en torno al mes de febrero. Eso, sin descartar otras posibles operaciones corporativas en el futuro.
Un tesoro oculto de 1.700 millones para pagar los ajustes
Para poder acometer estos ajustes sin dañar sus resultados ni su solvencia, Sabadell cuenta con un tesoro escondido: una plusvalías latentes de unos 1.700 millones de euros en su cartera de bonos del Estado (la llamada cartera ALCO en la jerga bancaria). El director financiero de Sabadell, tomás Varela, siempre ha sido capaz de conseguir una altísima rentabilidad con los movimientos de su cartera de renta fija, los llamados ROF (resultados de operaciones financieras), que le ha salvado más de un ejercicio en la reciente crisis financiera.
Las fuentes citadas explican que el coste de las prejubilaciones actuales se situará en torno a 400 millones, lo que le deja unos 1.3000 millones más para el «ajuste de verdad» que acometerá a principios de 2021. Lo que pretende es utilizar todas las palancas para reducir costes y aumentar la rentabilidad en este entorno de tipos negativos durante mucho más tiempo.
La otra prioridad del banco para tranquilizar al mercado es la venta del británico TSB, su gran quebradero de cabeza desde que lo compró en marzo de 2015: no ha dejado de perder dinero y arrastra una pésima reputación en Reino Unido por los fallos de su plataforma, que obligaron al banco español a comparecer ante el Parlamento. Todos los analistas coinciden en que BBVA iba a venderlo tras la fusión, y ahora Sabadell pretende hacer lo propio en solitario, y cuanto antes. Eso sí, tendrá que asumir una fuerte pérdida que algunos analistas cifran en la mitad de lo pagado por él, 1.200 millones.
Oliu evita la lectura más negativa del mercado
Como ha informado OKDIARIO, Oliu optó por romper las conversaciones en cuanto tuvo claro que era imposible un acuerdo para no dar tiempo a que fuera BBVA el que lo anunciara, y evitar así que el mercado hiciera la lectura de que BBVA huía de Sabadell tras verle las tripas en la due diligence (algo que hubiera hundido su cotización en bolsa).
Según algunas de estas fuentes, Sabadell no aceptaba una ecuación de canje más allá de 7,5 acciones por cada título de BBVA, lo que implicaba una prima del 25% sobre las cotizaciones anteriores a la confirmación de las conversaciones y un reparto del capital del 12% aproximadamente para el banco catalán y del 88% para el vasco. Sin embargo, el presidente de este último, Carlos Torres, solo ofrecía un canje de una acción de BBVA por 8,7 de Sabadell, con lo que el porcentaje de capital para este se quedaba en un magro 8%. En términos dinerarios, había una diferencia de valoración de unos 500 millones: Sabadell valdría 3.000 millones con su propuesta y solo 2.500 con la de BBVA.