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Citroën es la cuarta marca imputada en Francia por el escándalo de las emisiones de motores diésel

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Sede de Citröen (Foto: Citröen)

Citroën se convirtió este jueves en la cuarta marca automovilística, después de Renault, Volkswagen y Peugeot, que ha sido inculpada en Francia por la presunta utilización de programas para encubrir las emisiones contaminantes de motores diésel de antiguas generaciones.

Stellantis, casa matriz de Citroën, ha confirmado la imputación por un supuesto fraude en la venta de vehículos diésel de la norma Euro 5, comercializados en Francia entre 2009 y 2015.

Citroën ha tenido que pagar una fianza de 8 millones de euros (6 millones por eventuales daños y multas y los otros dos por posibles costos de representación ante los tribunales) y presentar una garantía bancaria de 25 millones por si tuviera que abonar indemnizaciones. La empresa va a evaluar la posibilidad de recurrir esa medida, como también ha dicho que lo hará Peugeot.

También había insistido en que sus diferentes marcas están «firmemente convencidas de que sus sistemas de control de emisiones respondían a todas las exigencias aplicables» cuando saltó el escándalo conocido como «dieselgate» y que siguen respetándolas ahora.

El escándalo del ‘dieselgate’ 

El ‘dieselgate’ estalló en 2015 en Estados Unidos, donde las autoridades encargadas del control de la contaminación se dieron cuenta de que Volkswagen había instalado programas para encubrir la contaminación de sus motores diésel en condiciones reales de conducción.

En concreto, esos dispositivos detectaban cuándo se les sometía al protocolo de pruebas y en ese caso los motores trabajaban a un ritmo que permitía limitar las emisiones de partículas y respetar las normas de contaminación en vigor.

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