Bruselas frena los pies a May en la negociación arancelaria: “No es lo mismo estar dentro que fuera”

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Theresa May y Jean Claude Juncker (Foto: Getty)
María Villardón

Comienzan dos años de arduas negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido tras el comienzo oficial del ‘Brexit’. La premier británica, Theresa May, ya ha mostrado su cordialidad para con Bruselas a la hora de llegar a acuerdos, sobre todo comerciales, sin embargo, el bloque de los veintisiete le advierten tajantemente: “No es lo mismo estar dentro que fuera de Europa”. Es decir, permítanme el uso refranero, no se puede estar en misa y repicando las campanas.

Dimitri Barua, representante de la Comisión Europea (CE) en España, no se atreve, al menos de momento, a hacer diagnóstico sobre pactos y acuerdos concretos. Sin embargo, sí que asegura a OKDIARIO que, efectivamente, “no es lo mismo estar fuera que dentro de Europa”.

Tras la activación oficial del ‘Brexit’ del miércoles, Barua explica que al menos habrá dos meses de contactos preliminares entre ambas partes, “seguramente las conversaciones comiencen en el mes de mayo y en octubre se puedan tener propuestas más firmes sobre la mesa”.

Ahora el turno es de Bruselas y el Consejo Europeo liderado por Tusk, quien se mostró apesadumbrado al recibir la carta de May, tendrá que dar una respuesta política a Reino Unido. Más tarde, explica Barua, la Comisión Europea trabajará sobre una propuesta para comenzar las negociaciones que tendrá que ser aprobada en el Parlamento Europeo que es donde reside la soberanía de todos los Estados miembros.

Asegura Barua que los grandes escollos en las negociaciones con Inglaterra serán, sobre todo, tres: el libre comercio, la financiación y el proceso de paz en Irlanda del Norte.

May ha pedido un acuerdo de libre comercio total para que las empresas puedan operar y no es de extrañar esta petición teniendo en las manos las cifras. Europa compra el 45% de las exportaciones que salen de Reino Unido, si no se llegan a acuerdos entre ambas partes el Gobierno conservador tendrá que acogerse a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Es más, otro dato a tener en cuenta es que la producción agroalimentaria llega fundamentalmente de fuera de Inglaterra por lo que los precios tenderán a subir, según los expertos, al menos un 8%. Eso sin contar la depreciación de la divisa, los analistas británicos aseguran que podría caer en 2017 alrededor de un 5%. La dependencia de Europa es demasiado alta como para que los negociadores de Reino Unido se pongan de lado.

La ausencia de acuerdo sería «mala para la UE», pero «muy mala para el Reino Unido», aseguraban ayer mismo desde Bruselas. Ambas tienen interés en un pacto porque tienen una «relación interdependiente», que, sin embargo, es «asimétrica» y por eso Londres tiene más que perder, concluían.

Como ejemplo mencionaron las cifras comerciales de 2015, cuando las exportaciones de Reino Unido a la UE alcanzaron en torno al 44% de sus ventas, mientras que al contrario se situaron en el 9,5%.

Otro de los asuntos es la financiación y los programas europeos a los que se haya acogido Reino Unido y que tengan validez en años venideros. Este será un punto también problemático, sobre todo porque el pago que debe hacer el Ejecutivo no es baladí. Según ha confirmado Jean Claude Juncker, presidente de la CE, el país liderado por May deberá abonar a la UE alrededor de 62.000 millones de euros.

Una cifra que a los conservadores ingleses se les antoja demasiado alta, pero el ‘Brexit’ tiene unas consecuencias que deberán asumir. De momento, las negociaciones en este asunto también están en un punto muy temprano.

Aunque no hay que olvidar la inmigración, May advirtió que “habrá un mayor control de las fronteras, aunque asegura que se velará tanto por los derechos de los británicos en suelo europeo, como por los extranjeros en tierra inglesa”. Con respecto a la inmigración, Barua asegura que desde la Bruselas “se va a negociar en bloque” y que, desde luego “por los intereses de los ciudadanos pertenecientes a la UE”.

Ayer mismo la UE advertía de nuevo a May. Aseguraba que se buscará un acuerdo con Reino Unido para su salida «constructiva», pero aseguró que va a estar preparada para cualquier escenario, tanto si las negociaciones fracasan como si prosperan. Es más, insistió en que el bloque comunitario negociará a «uno» y no habrá discusiones bilaterales.

En mayo comienzan las negociaciones, Londres y Bruselas se verán las caras, pero de momento, efectivamente, no es lo mismo estar dentro que estar fuera.

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