BlackBird demandará a Banco Popular por conceder créditos a cambio de vender acciones
Banco Santander ha comprado el Banco Popular por un euro, dinamitando de este modo alrededor de 1.000 millones de euros con los que el banco cerró ayer su cotización, y lamentablemente sin margen de maniobra para sus miles de accionistas. Para los expertos de BlackBird la noticia en sí es una «vergüenza», ya que «la quiebra del Banco Popular se ha refugiado sobre la noticia de compra, sin embargo, la verdadera noticia es que el Banco Popular ha quebrado y Banco Santander se ha quedado los depositantes a precio de saldo».
La verdadera magnitud de la tragedia del banco más solvente de Europa, según Gisela Turazzini, de BlackBird, ronda los 14.000 millones de euros. Cantidad resultante de sumar los 5.400 millones de euros que se han captado mediante ampliaciones de capital, los 2.031 millones de euros que se han perdido de la emisión de deuda de nivel 1 y nivel 2 (especialmente CoCos), y los 7.000 millones de euros que el Santander va a necesitar en ampliaciones de capital, para dar cabida a los préstamos dudosos de cobro del banco Popular, y que entrarán en Banco Santander mediante una interesante exención fiscal.
«Bonistas y accionistas, pierden todo su valor, lo que explica la realidad de la noticia, que no es otra que la quiebra del banco. Ante esta situación, en Blackbird nos preguntamos qué ha sucedido y sobretodo, ¿qué sucederá con los accionistas que acudieron a la ampliación de capital de la que ahora hará 11 meses?», se pregunta Turazzini.
En el último informe de BlackBird sobre el Banco Popular, Gisela y Marc Ribes advertían de la mala praxis del Banco, puesto que «nuestra nota o recomendación sobre él siempre ha sido la misma, el valor de una entidad quebrada es 0». La tasa de morosidad en el 15%, lo que ha hecho «insolvente la entidad», que «a pesar de tener la división banca empresa como una de las más rentables de Europa, ha pagado con la muerte la excesiva arrogancia del anterior equipo ejecutivo, que llegó con delirios de grandeza tarde a la burbuja, pretendiendo cambiar un modelo austero y aburrido, pero con una ROE del 19% a un modelo que lo ha llevado a la bancarrota. Ni queriendo quebrar el banco adrede, se hubiera hecho mejor».
Tal y como comentaban en BlackBird, el Banco Popular ha concedido créditos a las empresas y a particulares a cambio de comprar derechos de suscripción preferente. Los objetivos durante dos semanas, según BlackBird, fueron:
- La compra masiva de derechos de suscripción preferente para poder convertir préstamos en obligaciones para sus clientes y capital para el banco. Una actuación que tiene graves consecuencias legales, debido a que existe un claro conflicto de interés y que afecta de manera directa a la Ley del Mercado de Valores, así como a las leyes de responsabilidad Civil y MIFID.
- El asesoramiento interesado, que consiste en “te presto dinero si compras acciones”, ha sido incitado por la codicia, puesto que al parecer, comprar acciones de Banco Popular a 1,20€ parecía un chollo. «Un dardo envenenado, que ha destapado la caja de pandora», explican en BlackBird.
Tras el informe Blackbird, tal y como se publicó en los medios de comunicación, la CNMV llamó la atención al Banco Popular sobre esta mala praxis, lo que provocó un freno en la concesión de créditos para comprar acciones del banco. Prueba de ello es que previo a la publicación del informe los derechos de suscripción preferente, que cotizan en los mercados, se revalorizaron más de un 100%, volviendo así a su precio de origen, precisamente tras la llamada de atención por parte de la CNMV. Un sospechoso movimiento, que se justifica por la voraz actuación comercial del Banco, en contra de sus maltratados clientes.
La compra del Santader implica, según BlackBird, la compra de los derechos y las obligaciones y responsabilidades del banco, por lo que «las solicitudes de demanda de la gente afectada por esta mala praxis suponemos que se contemplan en los 7.000 millones de euros de capital que Banco Santander ha ampliado para dar cobijo a lo “bueno” del Popular».
En dos ampliaciones de capital se han suscrito 5.000 millones de euros, pero especialmente en la ampliación de capital del año pasado, desde BlackBird tienen la certeza de que gran cantidad de las suscripciones forman parte de la mala praxis del Banco Popular, lo que supone una responsabilidad legal sobre sus administradores y, sobre todo, la posibilidad de que personas y empresas puedan solicitar una reclamación a la justicia y pedir indemnizaciones por recibir un mal asesoramiento.
«En Blackbird siempre nos hemos posicionado al lado de la legalidad y la buena fe. Comprendemos que invertir en Bolsa es un riesgo y que por lo tanto, por más que duela, los inversores o bonistas que se equivocan en su toma de decisión, tienen que aprender de sus errores, debido a que las decisiones competen a cada uno. Pero creemos que personas que han sido incitados o más bien chantajeados claramente por la entidad, con un claro y grave conflicto de interés, pueden achacar al desconocimiento de los riesgos, hacer caso de una conducta que en España, como hemos visto en el caso de las preferentes o de la OPV de Bankia, comienza a ser una praxis habitual dentro de la banca tradicional española», señala Gisela Turazzini.
Por este motivo, en Blackbird están liderando un grupo de afectados desde sus sedes, tanto en Madrid como en Barcelona, para poder recabar información sobre aquellas personas afectadas que quieran hacer un grupo de presión. «Lo hacemos para poner en manos de la justifica el proceso de reclamaciones y emprender las acciones legales oportunas, para poder defender la Ley y la falta de principios que, en general, rige un sector tan poderoso como absolutamente falto de ética como es la banca tradicional», subrayan.
En este sentido, han puesto a disposición de los afectados un buzón de email: [email protected] para poder recopilar toda la información que sea tangible, y así poder comenzar un proceso de reclamaciones en defensa de todos aquellos accionistas que hayan recibido préstamos del Banco Popular, o una recomendación demostrable para invertir en la última ampliación de capital.
«En Blackbird defendemos la transparencia y los derechos de los ciudadanos de a pie ante la injusticia de la autoridad bancaria, que atenta a la libertad de manera reincidente mediante el uso del miedo provocado por una mala concepción legal del sistema bancario de reserva fraccionaria gracias al histórico error en la concepción de la ley de Sir. Robert Peel», concluye Gisela Turazzini.