Rafa Nadal viaja a Roma con deberes

Rafa Nadal disputa esta semana el Masters 1000 de Roma. El español busca su décimo título en el Foro Itálico y mejorar las sensaciones tras caer en cuartos de final tanto en Montecarlo como en Madrid. El título el próximo domingo supondría un extra de confianza antes de una de las grandes citas de la temporada: Roland Garros.

Tras darse un baño en las aguas de su Mallorca natal, Rafa Nadal ha recargado pilas para viajar a Roma en una semana importante para él. Las derrotas en Montecarlo y Madrid, solo mitigadas con la dulce victoria en Barcelona ante Tsitsipas, hacen que surjan ciertas dudas sobre sus posibilidades de añadir un nuevo título sobre arcilla. Sobre todo en un escenario más abierto que nunca donde ya no sólo Novak Djokovic se perfila como el rival a batir, sino que Tsitsipas, Thiem, el flamante campeón en Madrid Zverev y otros jóvenes como Berrettini y compañía vienen con ganas de dar la campanada.

Rafa Nadal se reprochó muchos errores «injustificables» en los momentos clave, que le hicieron claudicar ante Alexander Zverev en cuartos de final de Madrid. A pesar de ello, el campeón de 20 Grand Slams hizo una lectura positiva de la semana. «Ha sido una semana donde han pasado muchas cosas positivas, he hecho muchas cosas bien en los entrenamientos. Me voy de Madrid con sensaciones buenas en tónica general y con una sensación fea de haber jugado un partido como el de hoy», decía el pasado viernes.

 

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Su propósito pasa por «ir a Roma y ganar Roma». «La gira de tierra queda de una manera bastante simple. Cuartos, campeón y cuartos. Ahora viene Roma, esto es lo que hay», explicaba Nadal e incidía en que su juego va «con una tónica ascendente». Los éxitos en Roma han solido venir parejos con triunfos en París, adonde siempre ha llegado habiendo conquistado al menos un título destacado en arcilla.

Roma para recuperar sensaciones

Parece necesario conquistar el título en el Foro Itálico de cara a Roland Garros, adonde podría llegar como tercer cabeza de serie. Sobre todo para disipar cualquier duda que le pueda aparecer en momentos complicados, especialmente ahora que tenistas como Rublev o Zverev han conseguido ganarlo por primera vez en arcilla en las últimas semanas.

Su dominio aplastante en arcilla durante los últimos 16 años convierte en casi una obligación el conquistar un Masters 1000 antes de llegar a París o se desata el runrún. Un ruido que ya se ha generado en los últimos años y que se ha encargado de silenciar el de Manacor.

En 2019, Nadal cayó en Mónaco, Barcelona y Madrid e incluso meditó parar. Siguió y mordió su novena corona en Roma antes de volver a triunfar en París. El año pasado, sorprendido en los cuartos de Roma por Diego Schwartzman, se plantó en París sin apenas rodaje por el parón para terminar conquistando su 13º Roland Garros tras una auténtica exhibición en la final ante Djokovic.

Nadal tiene por delante una emocionante semana en la que espera dar los pasos para alcanzar su objetivo. Este mismo lunes conocerá quién es su oponente en el Foro Itálico, que saldrá del duelo de primera ronda entre Ugo Humbert y Jannik Sinner. En cuartos de final amenaza Zverev, lanzado tras conquistar Madrid, y sólo en la final podría reencontrarse con Djokovic que reaparece en acción. Roma puede servir de piedra de toque, pero París, París es otra historia.